11 de julio de 2009

"POLÍTICA SIN TEOLOGÍA ES PURO NEGOCIO” Max Horkheimer


Colaboración de: Antonieta B. de De Hoyos

Por calidad política se entiende la capacidad de todo funcionario público, gobernante o legislador de mantener la unidad de los contrarios, personajes inherentes a toda convivencia social y democrática que le dan actividad y vida a la sociedad. Representar en una administración un puesto decisivo y fundamental, para ejercer una política responsable por el futuro de la vida y de la integridad del Planeta, no es plantarse en una plaza cualquiera. El cuidado del medio ambiente global y de las condiciones ecológicas, que garantizan la vida en toda su inmensa diversidad es un estandarte difícil de llevar, sobre todo ahora que los valores éticos y religiosos han quedado supeditados a la comodidad, diversión y desmedida ambición personalista

Para nuestra desgracia aún existen y en mayor número, aquellos que promueven un proyecto actual basado en las circunstancias que imperaban en el siglo pasado. Propuestas obsoletas y sumamente riesgosas, en las que el desarrollo del pueblo se limita al crecimiento material en obras, como carreteras, puentes, edificios públicos, centros de recreación comunitaria, escuelas y asentamiento de empresas no comprometidas con el medio ambiente; todo ello, sin tomar en cuenta que el cambio de conciencia social es inminente. En la actualidad y gracias al trabajo que realizan prestigiosas agrupaciones ambientalistas y ecologistas alrededor del mundo, casi nadie desconoce la situación de deterioro que sufre nuestro Planeta.
Los mexicanos recién elegimos legisladores, gobernantes y munícipes en diferentes entidades. Dejamos en manos de gente con o sin escrúpulos, con o sin preparación el presente y futuro de niños, jóvenes, adultos, ancianos, hombres y mujeres. Unos fuimos a votar, muchos no; los menos votaron en blanco o anularon su boleta. Lo cierto es que lo hecho, ¡hecho está! Dicen los analistas que de acuerdo a resultados México podría entrar en un desequilibrio de ideas, valores éticos y religiosos, y caer en el desastre político. Yo espero que esto no suceda, que por el contrario dejemos fuera las diferencias y que nos unamos al vencedor; que aportemos ideas, talento, conocimiento, experiencias y supervisemos tareas.

Es indispensable romper la cadena de enriquecimiento inexplicable de unos cuantos y del empobrecimiento de las masas. Continuar con este tipo retrogrado de prosperidad personal, es profundizar en la desigualdad social, inconformidad generalizada que puede en cualquier momento ahora si de verdad, teñir de rojo al país. Nuestros políticos vigentes, deberán oponerse a todo lo que genere víctimas inocentes; en el campo por la falta de ayuda gubernamental y en las ciudades por el desempleo y la lucha sin control contra el narcotráfico.
Max Horkheimer, al final de su vida escribió un sugestivo libro: El anhelo del totalmente otro. En él, como marxista y no como cristiano, dijo: «una política, sin teología, es puro negocio». Y explicó: «teología significa aquí, la conciencia de que el mundo no es la verdad absoluta, que no es el fin; teología es la esperanza de que todo no acabe en la injusticia que tanto marca el mundo, que la injusticia no tenga la última palabra».

Antonieta B. de De Hoyos: julio 8/09

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