14 de julio de 2009

Cueste lo que Cueste...

Desde Acá…

Cueste lo  que Cueste, Primero el

E M P L E O

por. lic. chávez y pacho

   


 

                                          Primera parte:

Por lo amplio y cuestionable del tema, esta colaboración la hemos dividido en dos partes, la primera se refiere al marco de análisis y la segunda específicamente al caso de nuestra economía.

No cabe la menor duda, que para aspirar a superar las graves perturbaciones ocasionadas por la recesión económica mundial que esta afectando de manera por demás dramática a nuestro país, será condición sin e qua non, reestablecer altos niveles de empleabilidad, sin postergamiento ni pretexto alguno.

Para iniciar, daremos un enfoque teórico de carácter muy económico, en donde se considera que el desempleo, es una preocupación insoslayable de toda la sociedad, igualmente considera que con frecuencia, este fenómeno conlleva a una dilapidación de recursos humanos, que de otro modo podrían estar produciendo bienes y servicios para satisfacer necesidades sociales, lo que al mismo tiempo puede significar la creación de penuria y convertirse en el principal promotor de muchos de los males que aquejan a la comunidad. 

Desde otra perspectiva, el desempleo es un fenómeno que tiende a magnificarse durante la parte decadente del ciclo económico, conocida como contracción o recesión, tal y como lo estamos viviendo en estos momentos y por el otro, tiende a declinar en períodos de auge y prosperidad, manifestando amplias diferencias de lo que ocurre en cada país. No obstante, la existencia de un consenso claro y abierto en cuanto a la gravedad del desempleo, parece que los economistas estudiosos del tema, no se han podido poner de acuerdo en cuanto a las causas y sus posibles soluciones. De tal suerte, que con la intención de lograr una mejor ubicación del tema, diremos que en los perfiles económicos, los textos que abordan las teorías del empleo, lo hacen a partir del enfoque neoclásico y keynesiano.

A partir de esta posición, se consideran como clásicos a personajes como Adam Smith, quien solamente esbozó el problema desde la perspectiva de su teoría del salario, mientras que, David Ricardo, trataba de explicar que los salarios varían en proporción inversa a lo grato del empleo y en proporción directa al costo de su aprendizaje, igualmente teorizó, que los salarios varían en proporción inversa a la continuidad del empleo.

Por otro lado, los neoclásicos le otorgan un papel fundamental al mercado, pues lo consideraron el mejor distribuidor de los recursos. Según la teoría de la competencias de Laisser-Faire, el paro se debe a una interferencia del gobierno en el libre juego de las fuerzas del mercado, así como, a las prácticas monopolísticas.

No obstante lo anterior, para Keynes, uno de los economistas más destacados en cuanto a las teorías de la ocupación y el empleo, define como esencia de su teoría, las formas de aumentar la ocupación. De manera tal, que la teoría neoclásica del empleo, parte del equilibrio en el mercado de trabajo, pues plantea que el nivel de empleo, es determinado mediante la de la demanda de trabajo y la oferta del mismo. Ambas curvas expresan una relación entre los salarios, los precios y el empleo.

El trabajo también es definido como el empleo, en el cual se recibe remuneración, mientras que el ocio incluye todas las actividades realizadas por los individuos, por las que no recibe remuneración alguna. Según los neoclásicos, para que cada individuo distribuya su tiempo de forma óptima entre estas actividades, necesita dos tipos de informacion, la psicológica subjetiva, que se refiere a sus preferencias por el ocio y/o el trabajo, y la información objetiva del Mercado, representada por la restricción presupuestaria.

No se pierda la segunda parte de esta columna…

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