1 de febrero de 2012

Somos culpables por negligentes.


Por: Antonieta B. de De Hoyos

Desde los años ochentas los médicos empezaron a notar en sus pacientes un aumento de masa  corporal por encima de lo normal. Primero apareció el sobre peso, después la obesidad, hoy un elevado número de personas alrededor del mundo, luchan contra la obesidad mórbida. Mal que se ha venido extendiendo hasta nuestros jóvenes, adolescentes y niños, por la negligencia de los adultos, en lo que se refiere a formar buenos hábitos alimenticios.

Para contrarrestar esta nada deseable situación, los nutriólogos de los países desarrollados y en vías de desarrollo se dieron a la tarea de formular varias Pirámides Nutricionales, con el fin de retomar la buena alimentación en casa.

En México en el año 2005 se elaboró por primera vez el “Plato del bien comer” para promocionar la educación y salud en materia alimentaria: NOM-043-SSA2-2005. Fórmula que permite dar a la población opciones prácticas, con respaldo científico, para la integración de una alimentación correcta ajustada a sus necesidades y posibilidades, dieta que es completa, equilibrada, inocua, suficiente y variada.

Se le dio forma de plato para quitar el frio enfoque de las pirámides acostumbradas y se dividió en tres partes. En la primera sección se colocaron las frutas y verduras con la consigna de comer muchas y variadas. El segundo tercio es para los cereales y se sugiere que sean suficientes. El tercero se divide en dos; uno grande para las leguminosas que se recomienda combinar con cereales, el otro más pequeño es para los alimentos de origen animal, que deben comerse poco.

Verduras: acelgas, espinacas, nopales, brócoli, coliflor, calabaza, chayote, chicharos, tomate, jitomate, hongos, zanahorias, aguacate, pepino, lechuga, y más.

Frutas: guayaba, melón, papaya, sandia, toronja, lima, naranja, mandarina, plátano, ciruela, higo, mango, mamey, uvas. (de la región y de temporada para que sean frescas y baratas)

Cereales: maíz, trigo, avena, arroz, amaranto, centeno, cebada, y sus productos derivados como tortilla, pan, pastas, galletas de avena con amaranto.

Leguminosas: frijol, lentejas, habas, garbanzos, alubias, soya. Los alimentos de origen animal serán pequeñas porciones de leche, huevos, queso, yogurt, pescado, pollo sin piel, mariscos, res, cerdo.

 La clave es comer menos pero más variado. Deberá intentarse colocar  en cada comida cuando menos un elemento de cada división. Hacer ejercicio físico, iniciando con periodos  de 5 a 10 minutos hasta completar 30.  Beber entre cuatro y seis vasos de agua diario. Los azucares y las grasas no se mencionan por estar prohibidos.

Este plato del bien comer me remontó al menú de mi infancia; plato de arroz con frijoles, caldo de pollo con verduras, tortillas enfrijoladas, carne en cortadillo, picadillo con papas, taquitos y tostadas con bastante lechuga y tomate. El postre eran las frutas y no se comía nada entre comidas.


Urge que volvamos a la cocina de la abuela y evitar hasta lo imposible el recurrir a la comida rápida, hamburguesas, pizas, hot dogs. Nada de comida chatarra ni dulces, pero sobre todo exigir que en la escuela desaparezca “la tiendita”, es tiempo de que la directiva obtenga dinero para la Institución de otra manera, no a costa de la salud de los alumnos. 

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