16 de junio de 2011

¿Doscientos días al año?

Por: Rosaura Barahona


Los mexicanos cometemos muchos errores que nos impiden hacer las cosas en orden o apegadas a la realidad. Quizá en todos lados sea igual, pero yo sólo puedo hablar sobre este adorable y maltratado País.

Uno de esos errores es hacer cosas indebidas porque todos las hacen. La verdad, nunca son todos, pero bajo el "todos" nos guarecemos para actuar de forma indebida o ilegal.

Da esa vuelta en U (aunque esté prohibida), habla por celular mientras manejas, no respetes la fila, da mordidas, tira papeles en la calle, llega tarde a las citas, rebasa el límite de velocidad y, sobre todo, sigue enseñando a tus hijos, con tu ejemplo, a engañar, mentir y falsear... al fin que todo el mundo lo hace.

También presumimos de algunas instituciones como si fueran de verdad y nos beneficiaran a nosotros, ciudadanos, y al País. ¿La ley que se aplica a discreción? ¿Los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo? ¿Las secretarías? Escoja su preferida.

Mencionaré un error más: establecer una ley o norma y sostenerla aunque no tenga sentido. ¿Por ejemplo? Nuestros 200 días de clase. En realidad son alrededor de 180 de clase y 20 de estancia.

En muchos otros países, los días de clase son alrededor de 180; en Estados Unidos, por ejemplo, no hay una norma nacional, sino distrital: según el distrito son más días o menos días de clase.

Hay modelos en los cuales los alumnos asisten por la mañana y por la tarde a la escuela. Y por la tarde no van a las academias (futbol, karate, arte...), sino a clases señaladas por el programa nacional.

Hay otros en donde los estudiantes van a clases de lunes a sábado y tienen más vacaciones continuas cuando el clima es menos benigno con ellos.

La verdad, no importa; 170, 180 o 200 días de educación no deberían ser tan diferentes en cuanto a sus resultados, pero lo son aunque no por más o menos días, sino por la calidad de su programa académico, del proceso educativo y de los involucrados en él (alumnos, padres, maestros, autoridades).

En México, la SE (Secretaría de Educación) exige 200 días efectivos de clase, pero aunque no lo acepte oficialmente, algunos colegios negocian y entran antes de la fecha señalada en el calendario oficial, tienen menos vacaciones, no respetan algunos días festivos y salen casi un mes antes que los colegios apegados a los lineamientos establecidos por la SE.

Pero omitamos el hecho de que varios colegios negocian y reciben la venia para alterar el calendario oficial, mientras a otros no se les permite hacerlo. Acuérdese que en este País así como el tamaño del sapo determina la pedrada, así la influencia de los dueños del colegio mueve la balanza hacia un lado u otro.

Aunque el año se acabe tres semanas antes del cierre del ciclo escolar, se exige a los niños seguir asistiendo y a las maestras interesarlos en algo o dejarlos hacer lo que se les antoje, con tal de escribir en el informe oficial que en México estudiamos 200 días al año.

Si usted escucha a alguna autoridad hablar al respecto, dirá que los programas nunca se acaban y que esos días deben usarse para repasar, aclarar dudas, atender a quienes requieren algún tipo de atención especial y para profundizar o reflexionar sobre lo aprendido. Todo es, en principio, cierto.

Lo que las autoridades no toman en cuenta es la falta de motivación de maestros y alumnos. Los chicos ya presentaron sus exámenes finales, los maestros ya los calificaron y entregaron sus calificaciones. Los chicos saben que una vez enviadas las calificaciones a la SE, si hacen o dejan de hacer, su nota ya no se alterará.

La SE debería revisar los resultados de esta extensión, hasta ahora inútil, de días de escuela que lo son de nombre: los chicos van por obligación, pero nada más.

No se trata de dar más vacaciones a los maestros; de hecho, necesitan mucho tiempo para capacitación, planeación y diseño de material. Podrían hacerlo en esos días, ya sin la presencia de los niños.

Créame, pocas cosas hay más difíciles que motivar a quienes mentalmente ya están de vacaciones. ¿Que el problema es más profundo? Tal vez, pero por lo pronto, deberíamos intentar ser congruentes y buscar un cierre de ciclo escolar real e interesante y no ficticio y aburrido como el actual.

 
rosaurabster@gmail.com

Fuente: El Norte y con autorizacion de la autora

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