Sin duda, las actividades humanas han modificado el clima en nuestro planeta y las medidas de mitigación no pueden esperar mucho tiempo sin que las consecuencias sean irreversibles.
Los reportes científicos están destacando que las concentraciones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, están muy por encima de valores observados en los últimos 650 mil años y de hecho, son los más elevados de los últimos doce años. Ejemplo de ello, es el pasado año que se registraron temperaturas altas históricas en distintos lugares del planeta.
Pero el aumento de temperatura no solo se percibe en regiones habitadas por el hombre, que somos, a fin de cuentas, los que están llevando a la tierra al caos climático por nuestros estilos de vida predadora, sino que, la temperatura media del océano aumentó hasta una profundidad de 3 mil metros ya que el océano absorbe más del 80 por ciento del calor añadido al sistema climático, lo que se suma a la disminución de los glaciares en el planeta y el consecuente aumento en el nivel del mar desde que se tienen mediciones globales.
Este fenómeno esta directamente relacionado gases y partículas que los humanos hemos introducido al sistema, con industrias, vehículos, tala indiscriminada de bosques y por el cambio del uso de suelo para destinar grandes extensiones a la agricultura intensiva.
Es una actitud totalmente irracional la que sigue el hombre al continuar con el desperdicio de recursos naturales en aras de “elevar la calidad de vida” de las grandes urbes, sin pensar que lo único que estamos provocando es que los grandes consorcios sigan aumentando y concentrando capitales; se sigan generando millones de toneladas de desechos contaminantes que son arrojados indistintamente al mar, al aire o enterrados en rellenos sanitarios que nos roban el espacio para vivir; aumentar la brecha entre la pobreza y el acceso a lo necesario para subsistir y finalmente, provocando nuestra misma desaparición como especie al ser tan débiles para enfrentar terremotos, ciclones, tornados o cualquier fenómeno natural provocado por el calentamiento global.
URGE tomar acciones de inmediato, y no esperar a que los gobiernos nos digan que hacer. Cada ser humano en el ámbito de su hogar, de su trabajo, o de la comunidad a la que pertenece, debe realizar acciones tendientes a disminuir el daño. Apagando las luces que no se están usando, por ejemplo, rechazando el consumismo y las bolsas de plástico desechables son algunas acciones inmediatas que debemos tomar.
Pero, también es urgente que se obligue a los gobiernos a que se elaboren agendas ambientales donde, con el poder que da el Estado, se obligue a reducir el desperdicio de materias primas y la generación de gases de efecto invernadero.
No queremos hacer una campaña para proteger al planeta, este seguirá aquí, lo que debemos hacer es actuar para preservar la vida humana en el planeta Tierra.
La gran mayoría de la población humana que con el consumismo de productos ofrecidos por los grandes consorcios internaciones y el desperdicio de materias primas hemos enriquecido a algunos cuantos que son los que invierten en la investigación espacial en búsqueda de agua y vida, NO TENEMOS NINGUNA POSIBILIDAD PARA SALIR DEL PLANETA EN CASO DE UNA CATASTROFE AMBIENTAL.
Profra. Josefina Sánchez Ponce
EDUCAMBIENTE 2040
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