8 de agosto de 2009

Hoy más que nunca, estoy orgullosa de mi estirpe mexicana.


Colaboración de: Antonieta B. de De Hoyos
El 29 de abril del presente año en el Opera House de San Francisco California, Jesús León Santos, de 42 años, campesino indígena mexicano, recibió el Premio “Ambiental Goldman” que consiste en 150 mil dólares (2 millones, 154 mil pesos) por el trabajo realizado en los últimos 25 años en beneficio de la región mixteca, de Oaxaca, en México de donde es originario.

Según la ONU esta zona posee el índice más alto de erosión en el planeta, un 83% de sus 500 mil hectáreas han perdido cinco metros de altura de su suelo, entre el siglo XVI y finales del XX, la causa: tala de árboles, cría intensiva de cabras, sobrepastoreo, uso del arado de hierro y la industria de la producción de cal.

A los 18 años Jesús se fijó una meta, reverdecer la comarca, para ello recurrió a técnicas precolombinas, revivió el “Tequio” trabajo comunitario, en equipo, no remunerado. Reunió 400 familias de 12 municipios, creó el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (CEDICAM) y con muy poco dinero se enfrentaron al asesino: la erosión.

A pico y pala cavaron zanjas –trincheras para retener el agua de las escasas lluvias, sembraron arboles en pequeños viveros, trajeron abono y plantaron barreras vivas para impedir la huida de la tierra fértil, favoreciendo así la carga del acuífero. Alrededor de cuatro millones de árboles de especies nativas, aclimatadas al calor y poca agua, fueron plantados durante este tiempo, obtuvieron además la soberanía campesina alimentaria al desarrollar un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin pesticidas, gracias al rescate y conservación de las semillas nativas del maíz, cereal originario de esta región llamado cajete.

Pasado un cuarto de siglo, el milagro se produjo, la mixteca alta está restaurada. Ha reverdecido y han surgido manantiales con más agua. Hay alimentos y la gente no emigra. Jesús y sus amigos luchan contra los transgénicos, OGM y el TLCAN, además organizan una plantación anual masiva para sembrar 200 mil árboles, logrando así que la desertificación retroceda y rescatar con la madera la actividad artesanal y los talleres familiares.

Enterraron estratégicas cisternas, que recogen agua para invernaderos familiares orgánicos y como el buen ejemplo cunde, las comunidades vecinas ya les imitan Ahora se cultiva el 80%, de la tierra y se han recuperado dos mil hectáreas, los manantiales están al 100 % de su nivel y para no contaminarlos usan abonos compostados. En los hogares se retomó la dieta indígena tradicional, usando en su elaboración solo alimentos locales.

El éxito de Jesús León, ha despertado mucho interés en otras regiones y países, el comparte con gran satisfacción su experiencia y su técnica en la conservación de agua, medidas contra la erosión y practica de una agricultura sostenible en foros celebrados por todo México, Centroamérica y el Caribe, así como en varias Universidades y Eventos en Estados Unidos.

Jesús León Santos es un ciudadano excepcional, es como fueron nuestros antepasados, un hombre que no se amedrenta frente a la adversidad; inteligente, honesto, trabajador, solidario, dueño de un poder de lucha inquebrantable y de un espíritu fortalecido en la fe. Es esa clase de persona que despierta en sus compatriotas, el auténtico orgullo de ser mexicano.

Antonieta B. de De Hoyos.........agosto 5/09
Nota de la redacción:
Ligas relacionadas con esta informacion que nos proporciona Antonieta, algunos son en ingles, quienes ls dedican el reconocimiento a este heroe del campo mexicano.

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