30 de agosto de 2009

HOME, el parteaguas del milenio.


Colaboración de: Antonieta B. de De Hoyos

El PPR es un Grupo de empresarios franceses fabricantes de marcas de lujo como Gucci, Yves Saint Lauren, Sergio Bassi, Balenciaga, FNCA y muchas más distribuidas en 65 países, a 60 millones de clientes a través de sus 88 mil empleados.

La firma Pinault-Pirntemps- Redoute lleva diez años comprometida con la responsabilidad social empresarial y la política de gestión ambiental. Conocedor de sus errores el Grupo PPR, busca nuevas formas de progreso, además de fomentar la conciencia colectiva y la mejora individual. El dar apoyo al documental HOME, significó distribuirlo, de manera gratuita, el 5 de junio Día Mundial del Medio Ambiente en todos los formatos: DVD, cine, televisión, internet y proyecciones al aire. El lado humano del proyecto, está representado por el respaldo de cientos de marcas de lujo, ya que las entradas (casi simbólicas) no son para el PPR. Al Grupo lo que le interesa es que este documental sea visto por el mayor número de personas en el mundo. Yann Arthus Bertran célebre fotógrafo francés, captó con su lente la belleza de la Tierra en vistas panorámicas desde el cielo; Lucas Besson magistral como director; el peruano Federico Tarazona, virtuoso del violín y de la guitarra clásica, interpreta parte de la musicalización en charango; la versión en castellano es narrada de manera excepcional por el galardonado actor español Juan Echánove.

En el tercer milenio es un crimen ignorar que hemos agotado los recursos naturales, que las industrias deben frenar su producción y nosotros consumir lo indispensable con mayor responsabilidad. Los científicos marcan en este documental, un plazo de diez años para modificar conductas, de lo contrario el planeta cambiará de manera impredecible y, los seres vivos enfrentaremos lo temido, pero ahora sí de manera irreversible.

La película HOME debe motivarnos a dejar atrás vicios y despilfarros, aprender que podemos vivir sin depender tanto de las cosas, en especial de aquellas que nos causan daño. Pero ¿por qué es tan difícil lograr éste cambio personal y colectivo? ¿Por qué nos parece imposible regresar al tiempo de los abuelos? ¿Por qué no podemos retomar la austeridad, la sobriedad, el ahorro, el compartir con los que menos tienen, el agradecer a Dios? Desafortunadamente la globalización trajo consigo conductas negativas del primer mundo, que rompieron el equilibrio en la cultura conservadora de muchos pueblos como el nuestro: la compra compulsiva, el despilfarro de los recursos naturales, la contaminación, el enriquecimiento de pocos a costa de la pobreza de muchos, la codicia por tener antes que el placer de ser. En fin, lo cierto es que ahora, obligados por la necesidad de supervivencia tendremos que cambiar. Por instinto de conservación, con la esperanza cristiana que aun ilumina nuestra alma, alcanzaremos la arraigada aspiración de la madurez espiritual, don Divino que permite mudar de piel y adaptarse a las circunstancias. Pero lo milagroso sucederá, cuando experimentemos las primeras carencias; en esos instantes nuestro cuerpo será colmado de una profunda paz interior, sentiremos un descanso inusitado, una felicidad infinita, una inesperada fuerza para enfrentar lo que se avecine… porque el Espíritu de Dios estará de nuevo con nosotros.

Antonieta B. de De Hoyos.....Agosto 26/09

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