4 de marzo de 2013

Elba: lo adelantamos; lo que viene


Por: Martin Moreno
En esta columna lo adelantamos el 23 de octubre de 2012. Bajo la cabeza indiscutible de “Elba Esther: ¿el próximo quinazo?” , ofrecí las razones por las que la todavía todopoderosa del SNTE iba a ser aniquilada. Entonces escribí:
“El discurso reciente de Elba Esther Gordillo no es uno más dentro de su dictadura sindical. Se trata de un desafío abierto y frontal a Enrique Peña Nieto. Es una provocación con doble filo: o Gordillo consolida su liderazgo o va en camino de convertirse en la versión femenina de Hernández Galicia, La Quina”.
Expuse en esos archivos la clave que hoy tiene en prisión a Elba Esther:
“Pero en ese lance osado y de alto riesgo, Elba Esther Gordilloestá olvidando una máxima inapelable: ningún poder, aun el más consolidado, está por encima del Estado, por más débil o acotado que éste sea”.
Aquí el punto central de la caída de Gordillo: pensó que su intocabilidad era superior a la fuerza del Estado, y en eso radicó su derrumbe.
Sí es el atraco a las arcas magisteriales. Sí es su enfermiza obsesión por el dinero, los lujos y el poder. Sí es el desafío al Presidente. Sí es el oponerse a la reforma educativa. Empero, lo que lleva a Elba Esther a prisión es su soberbia, el pecado de los estúpidos.
Nadie está por encima del poder de un Estado. Si no, que le pregunten a Jorge Díaz Serrano con De la Madrid; a La Quina con Carlos Salinas; a Raúl Salinas con Ernesto Zedillo.
Elba no lo entendió y perdió.
¿Qué escenarios nos deja el hundimiento de Elba Esther Gordillo?
1) En lo legal: abogados consultados por el columnista ofrecen dos visiones. Primero: no hay delito porque no se ha demostrado que el dinero es ilícito. Y para que exista el lavado de dinero, primero debería darse el fraude al sindicato. ¿Dónde está la denuncia de la parte afectada: el SNTE? Es delito “a petición de parte”. Segundo: sí procede porque hay “indicios fundados de la ilicitud”, como establece el artículo 400 bis del Código Penal Federal. En este caso hay “presunción de ilicitud”. Y ojo: viene la acusación pesada: defraudación fiscal.
2) En lo político: fortalece al gobierno de Peña Nieto —ocho de cada diez ciudadanos respaldan la detención de Elba, cuyo enriquecimiento ya era insoportable— y debilita a un PAN arrinconado y apaleado. ¿Dónde están Fox y Marta para defender a su empoderada amiga? ¿Dónde está el abogadoFelipe Calderón para meter las manos por su aliada político-electoral? Dicen los panistas que “no detectamos malos manejos de Elba Esther”. Chorradas. No los vieron porque no quisieron. ¿Dónde está Marcelo Ebrard, el consentido de la profesora, para intervenir por su protectora? ¿Dónde están los periodistas cercanos a Gordillo, beneficiados por ella en todos sentidos, para argumentar en favor de su proveedora, como siempre lo hicieron?
3) En lo inmediato: deja a la deriva a “gordillistas” que apostaron presente y futuro al amparo de Elba Esther. desde gobernadores, ex gobernadores o funcionarios siempre ligados a los favores personales y políticos de quien, por más de 23 años, fue la todo poderosa de un sindicato que se convirtió en piedra angular y en trampolín de aspiraciones políticas.
4) En lo sindical: electo, de momento, Juan Díaz de la Torre como nuevo dirigente del SNTE (o se alinea con el gobierno o es segura su salida), la gran pregunta es: ¿Resistirá el gobierno de Peña la tentación de imponer al sucesor de Gordillo, o permitirá que lo decida la base magisterial? Podría repetirse el síndrome Jongitud: que el gobierno imponga directamente al nuevo líder. Y hay que recordar la máxima marxista: la historia se repite a sí misma, primero como tragedia, y luego como farsa.
5) En lo personal: no se debe soslayar la frase de Elba al ser detenida: “No saben la que voy a armar…”. Cuidado con la Gordillo. Si bien enfermó de poder, también contagió, repartiendo millonadas a algunos políticos, a los que podría exhibir públicamente.
Por lo pronto, se cumplió también lo escrito en mi libro Abuso del poder en México. Capítulo “Elba Esther: la bruja del cuento”. Editorial Santillana/Aguilar, a manera de corolario:
“La única respuesta podría ser que se le aniquile como a los gángsters: siguiendo la ruta del dinero, su falta de transparencia, sus excesos o la evasión de impuestos.
“Como Al CaponeElba Esther Gordillo podría tener su derrota definitiva bajo el signo de esa palabra que tanto le fascina y que tan bien ha sabido multiplicar: el dinero”.

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