29 de septiembre de 2011

El bachillerato obligatorio


La cotidianeidad del discurso esquizofrénico en este país lo hace parecer normal, pero no lo es. En el 2007 Reyes Tamez Guerra, entonces Secretario de Educación de Nuevo León, presentó un proyecto para volver obligatoria la preparatoria.

Los supuestos teóricos en los cuales se basa el proyecto son ciertos y válidos: 1) será un incentivo para aumentar el nivel educativo del Estado y, por lo tanto, del País; 2) dará herramientas a los jóvenes, lo cual les permitirá incorporarse al campo laboral en donde encontrarán más oportunidades; 3) disminuirá el número de jóvenes ociosos; 4) beneficiará a municipios y regiones rurales sin preparatorias; 5) aumentará su cobertura a través de cursos semipresenciales y a distancia.

El discurso esquizofrénico al cual me refiero dice cosas como: "Nadie se quedará sin escuela", pero a la vez, nos anuncia la incapacidad del sistema educativo público para atender a más de 60 por ciento de los candidatos por falta de recursos.

Me parece (y puedo estar equivocada) que antes de lanzarnos a exigir un nivel más de educación obligatoria, deberíamos resolver la deserción y el nivel de reprobación en primaria y secundaria. La SEP informa que en el nivel medio superior 2 de cada 10 alumnos desertan y 4 de cada 10, reprueban. ¿No sería mejor invertir lo necesario para mejorar esa situación, antes de lanzarnos a otro proyecto difícil?

Las buenas preparatorias han invertido mucho en capacitación, pero también en supervisión. Y eso es la clave. Si no hay una supervisión clara, los maestros (de colegios privados o escuelas públicas) se capacitan, regresan al aula y no cambian nada porque hacerlo es un desafío.

Cuando el PRI presentó en la Cámara de Diputados la iniciativa de ley para el bachillerato obligatorio, se habló del costo del proyecto: 147 mil 908 millones de pesos, pero se dijo que los aumentos recibidos por educación año tras año en el Presupuesto de Egresos de la Nación lo cubrirían sin problemas. Los mexicanos temblamos. ¿Cuántos de esos millones serían, de verdad, para el bachillerato obligatorio?

Por otro lado, el afán de "titulitis" padecido por los mexicanos nos lleva a ignorar dos cosas valiosas en otras partes del mundo: las preparatorias técnicas y las carreras técnicas. En Nuevo León sólo 145 de las 423 prepas existentes en el sector público son técnicas. En el ámbito privado, los prejuicios de clase impiden algo similar.

El certificado de una buena preparatoria o escuela técnica es superior a los supuestos títulos profesionales de las universidades patito, hoy existentes en cada esquina. En un local de tres o cuatro habitaciones ofrecen prepa, licenciaturas, ingenierías e, incluso, maestrías en muchas áreas. (Así estarán).

Por ejemplo, en Europa sólo un porcentaje muy bajo de los egresados del bachillerato ingresa a las universidades. El manejo de la educación para ellos, si bien es político, no es demagógico como en nuestro caso. Aquí nos ufanamos al decir: "Cualquier persona puede ingresar a la universidad". No mencionamos, sin embargo, las abismales diferencias entre una buena universidad (pública o privada) y otra de quinta.

Los graduados de las prepas o escuelas técnicas en otros países egresan con habilidades y competencias específicas, lo cual les permite encontrar un empleo con más facilidad (cuando lo hay). Hoy las diferencias salariales entre un técnico y un universitario, jóvenes ambos, no son tan grandes como se imagina. Usted conoce a jóvenes con maestría, brillantes y trabajadores, que ganan 12 mil pesos al mes... si consiguen trabajo.

Todavía no podemos solucionar la obligatoriedad del kínder, pero el PRI asegura que la reforma constitucional para incluir la obligatoriedad del bachillerato en México se promulgará y enviará a los estados para ser publicada antes del 15 de diciembre. El cambio se iniciará en el ciclo 2012-2013 y deberá estar listo para el ciclo 2021-2022.

Pobre educación cuando se vuelve botín de demagogos. El año entrante es electoral y cualquier cosa apantallante cuenta. El cambio dará a los mexicanos jóvenes otro derecho más en papel, aunque nunca lo podrán exigir.

¿Por qué no seremos más sensatos y realistas?

Por: Rosaura Barahona
rosaurabster@gmail.com

No hay comentarios: