Por: Profra.Josefina Sánchez Ponce
Estamos concluyendo un año más en la carrera que lleva al hombre al caos ambiental y en esta región del norte de México los vacios ambientales por parte de las autoridades siguen acrecentando la brecha  abierta entre el desarrollo económico y la sustentabilidad ambiental  que se requiere para mantener una calidad de vida óptima para los que vivimos en Piedras Negras.
Es alarmante observar como los fraccionadores de terrenos han vendido grandes extensiones a los constructores de casas de interés social, particularmente al INFONAVIT  sin que ninguna administración municipal o estatal  obligue al establecimiento de leyes o reglas que permitan  la coexistencia de áreas verdes suficientes para que las familias de los  obreros  realmente eleven su calidad de vida.
Un ejemplo es el amplio sector de las VILLAS DEL CARMEN donde se hacinan cientos de familias en minúsculos espacios que no rebasan ni siquiera los 90 metros cuadrados  de terreno  lo que obliga mas que a una  a  una vecindad, a  la invasión del espacia vital tan  necesario para evitar los conflictos de los que somos testigos a diario  a través de los medios de comunicación.
El verano es irritante en ese sector donde el sol se refleja sobre calles pavimentadas y espacios  vacios de cualquier cubierta vegetal.
Los niños carecen de áreas donde jugar dentro de  domicilios  que no los protegen de las calcinantes temperaturas  de la canícula y los jóvenes  solo encuentran el espacio de las calles y banquetas  a las que son arrojados en el calor de las noches en  busca de un lugar de convivencia.
NO existe ninguna voluntad política para resolver el problema en ese sector o en otros que se han abierto para hacinar a los obreros.  La solución de la autoridad municipal es  mas patrullas y policías para los sectores y en el mejor de los casos,  una “Cárcel” en el barrio para silenciar el conflicto social que se firmó al autorizar la construcción de esas viviendas, sin  obligar a la construcción  de verdaderas áreas verdes colectivas como deberían ser parques y jardines públicos  hechos y mantenidos por las mismas compañías constructoras y fraccionadores que se enriquecen amparados por las leyes del INFONAVIT y la complicidad de  regidores y “Consejos de Desarrollo Urbano” miopes que permiten  el hacinamiento y el enriquecimiento de algunos cuantos.
 Ahora, la nueva administración nos frece que “se construirá un bosque urbano en la ciudad”  pero como es promesa de campaña, no dice donde se construirá. Es casi seguro que de llevarse a cabo este  necesario paliativo al deterioro ambiental de nuestro municipio, los recursos saldrán del erario público, es decir, del dinero que pagamos los trabajadores  que pagamos o  nos descuentan impuestos y que sin embargo no podemos opinar sobre el uso del dinero destinado a mejorar nuestra calidad de vida. En el peor de los casos, creo que el “Bosque  Urbano” solo servirá para elevar  el precio de los terrenos de algún otro fraccionador de este municipio como lo es el oscuro senador Jesús María Ramón o el  Ing. Álvaro Villarreal González que casi se ganó el cielo por donar el terreno donde se construyó el Obispado pero él al igual que otros terratenientes que se beneficiaron con la venta de los terrenos donde se construyeron los conjuntos habitacionales de Doña Pura, Cumbre, ACOROS y Villas del Carmen, han  hundido en el infierno del desierto  estéril a los vecinos de esos sectores por su desmedida ambición ya que no  desperdiciaron  ni un centímetro cuadrado por habitante para generar área verdes que les redujera sus ganancias.
Profra. Josefina Sánchez Ponce
EDUCAMBIENTE 2040
 
 
 
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