A principios del siglo XX, durante el gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, la demanda de democracia se fue gestando a lo largo y ancho del territorio nacional.
Los puestos de elección popular eran asignados y ratificados por un solo grupo político incondicional a Porfirio Díaz, cualquier manifestación de descontento era acallado con la cárcel el exilio o la muerte.
El objetivo del gobierno era claro: “Mucha administración y Poca Política” con lo que se buscó insertar a nuestro país en la economía capitalista a costa de sacrificar las demandas sociales y de participación política de la insipiente clase media del México de 1900.
El porfirismo canceló la participación democrática en aras de un desarrollo económico que tampoco llegó a la sociedad explotada en fábricas, minas y haciendas. La “Paz del sepulcro”! trajo un aparente control de la delincuencia común y dio garantías a la corrupción ligada a todos los niveles del gobierno porfirista.
En ese ambiente se manifestaron las dos grandes demandas que iniciaron y pusieron fin al movimiento de la Revolución Mexicana: El Sufragio efectivo enarbolado por Francisco I. Madero y de Venustiano Carranza que proponía la elaboración de una nueva Constitución Política donde se garantizara todas las demandas de la sociedad a la que se le había negado toda representación en los asuntos públicos del país.
Cien años después en Coahuila, cuna de esos grandes hombres de la Historia de México, el derecho a elegir gobernantes se ha cancelado a los ciudadanos.
El Código electoral que en algún momento quiso estar a la vanguardia política de México ha provocado que los municipios pierdan su derecho a elegir libremente a quienes los gobiernan ya que esta contemplado que a la falta definitiva del Presidente Municipal, el Congreso del estado (y la mano del Gobernador de tras de ello), tiene la facultad de NOMBRAR a la persona que concluirá el mandato constitucional; es decir, los ciudadanos NO podemos votar a quien nos gobierne en nuestra patria chica.
Tal es el caso de Piedras Negras donde en TRES ocasiones casi consecutivas de las cuales dos son del periodo de la administración Moreira, los Presidentes Electos y en funciones han dejado su cargo para ocupar cargos que les benefician a ellos y a su partido político. Caso aparte es la muerte del Presidente Municipal José Maldonado que falleció cumpliendo la tarea que exigía el desastre natural provocado por el Ciclón Alex.
Esta designación nos deja a los ciudadanos sin derecho a exigir el cumplimiento de las propuestas de campaña o de por lo menos conocer el perfil político, ético y ciudadano de los personajes que han concluido las administraciones. Lo que si ha quedado claro: los tres personajes que concluyeron administraciones para las que no fueron electos llegaron al cargo por ser eficientes administradores sordos al dialogo y a la promoción cívica de las actividades democráticas.
¡Que lamentable que Coahuila sea testigo cien años después del movimiento Maderista por el Sufragio Efectivo de la muerte del derecho a elegir gobernantes!
Es vergonzoso que los Partidos Políticos que tanto dinero nos cuestan a los ciudadanos sigan defendiendo sus absurdos cotos de poder que les aseguran únicamente beneficios económicos personales y no enfrenten con razones y discusión publica este gran vacio político que esta establecido en el Código Electoral del estado y que representa en violación al derecho constitucional de representación popular (artículo 35, fracciones I y II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos)
Hoy de nueva cuenta seremos acosados por inspectores municipales que buscarán “sanear” unas finanzas publicas de las cuales solo conoceremos las que el nuevo administrador del municipio nos quiera informar y no tendremos ninguna voz que se levante para defender nuestros escasos ingresos de trabajadores: el Diputado Local, Jesús Mario Flores se benefició de este Código, Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática padecen amnesia recurrente que se cura con las regidurías y del Verde solo conoce el tema de muerte para los secuestradores. Esos son los actores que han cavado la tumba de nuestro derecho a elegir a quien nos gobierne en Piedras Negras.
Profra Josefina Sánchez Ponce.