Por: Antonieta B. de de Hoyos
Un día, cuando me invitaron a dar una
pequeña charla sobre superación personal, me encontré frente a frente con una de esas asistentes que llegan al lugar, con la
intención de molestar. Al termino de mi disertación recuerdo que le dije: “Sería
mejor que disfrutaras la belleza de la luna, en vez de criticar el dedo que te la señala”. Recuerdo
muy bien que desde que aprendí este proverbio, no he desperdiciado los buenos
momentos en discusiones insulsas.
Creo que lo mismo nos está pasando
ahora, ya que después de que nos visitó Su Santidad Benedicto XVI, perdemos el
tiempo en críticas en vez de instruirnos con la sabiduría de su mensaje y la
gratuidad de su presencia. Gracias al internet empecé a recibir casi de
inmediato el texto de sus conferencias, homilías, entrevistas, etc. Me quedó
claro que es imposible resumir en una cuartilla la sapiencia de sus consejos, sus
años vividos, sus conocimientos acumulados, su profunda espiritualidad; sobre
todo sus recias palabras, que fuerzan a pensar tanto a devotos como a escépticos.
Me admiró la manera como manejó la difícil
situación social, política y económica
por la que atravesamos. Su actitud bondadosa me recordó los años mozos,
aquellos tiempos en que los padres casi sin lastimarnos pero con gran firmeza,
señalaban nuestros errores.
Su Santidad Benedicto XVI sintió la
alegría y la fidelidad de los mexicanos, pero también palpó su sufrimiento por
la violencia extrema que le ahoga, la corrupción y el desempleo. La iglesia católica
tiene un gran compromiso con el pueblo de México, por eso debe fortalecerlo
para que no desista en su lucha contra el mal.
Para lograr la paz que tanto
imploramos, es necesario primero anunciar a Dios, al Dios que nos ama y quiere
nuestro bien. La iglesia renovadora debe educar las conciencias, educar en la
responsabilidad moral, desenmascarar el mal, romper la idolatría por el dinero
que esclaviza, acabar con las falsas promesas, la mentira y la estafa que está
detrás de la droga y el poder.
Las personas necesitamos confiar en
lo eterno, si Dios está en lo infinito, no tenemos para qué crearnos falsos
paraísos terrenos, ni necesidades ni satisfactores frívolos, ni buscar una
sexualidad desordenada, eso nos pasa porque tenemos ausencia de Dios. Por eso
es muy importante que le invoquemos, que esté presente entre nosotros en el día
a día, accesible con su bondad y con su verdad, esa verdad que todos deseamos conocer.
Existe un alto porcentaje de católicos
que sufren esquizofrenia moral, (desequilibrio entre moral individual y moral pública) en
lo privado son excelentes católicos, creyentes, hombres de fe, pero en lo público
siguen otros caminos que no corresponden a los grandes valores del Evangelio, impidiendo
así la fundación de una sociedad justa.
2 comentarios:
Tienes un punto de vista retrógrada, el hombre no necesita a Jehová. Mi dios es Amok, un unicornio rosa. ¿Su capa de oro ayuda a la pobreza? ¿Sus millones en oro ayudan a la pobreza?
No es criticar es emitir un juicio sobre algo y decir si está bien o mal desde nuestro punto de vista, es una opinión porque tengo libertar de expresión. Te diría más cosas pero dudo mucho que cambies de opinión porque a los fervientes creyentes es muy complicado hacer que reflexionen.
El Papa no escribió sus discursos, lo hicieron otras personas ¿de qué mensaje hablas?
PD: si no publicas este comentario, no veo sentido de por qué permitas comentarios, además serás una inmadura.
Coincido con esa persona en el sentido de que el papa esta muy lejos de ser un digno representante de Jesucristo, dado que El fue una persona muy humilde y en cambio el papa porta unas vestiduras por demas lujosas y muchas veces las acciones de algunos sacerdotes catolicos son nefastas!
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