12 de enero de 2013

La esperanza se cifra en la integridad familiar.


Por: Antonieta B. de De Hoyos

Tenía 23 años y era estudiante de fisioterapia en Nueva Delhi. El mes pasado se subió a un autobús y seis hombres la encerraron y la violaron durante horas, incluso lastimándola con una barra de metal. Luego la arrojaron desnuda a la calle, y tras luchar valientemente por su vida, murió el pasado fin de semana.

A lo largo y ancho de India, la gente está reaccionando con protestas masivas para decir “ya basta”. En ese país se viola a una mujer cada 22 minutos y pocas veces se hace justicia. A nivel mundial, la cifra es escalofriante: siete de cada diez mujeres serán física o sexualmente agredidas durante su vida. El horror acontecido en Nueva Delhi es la gota que derramó el vaso. Estamos en 2013 y esta brutal y corrupta guerra contra las mujeres a nivel global, tiene que acabarse.

El gobierno indio está recibiendo comentarios ciudadanos, necesita con urgencia una mejor aplicación de la ley y un amplio programa de educación pública y familiar, que cambie estas actitudes bestiales que se han generalizado. El cabecilla de los violadores afirma fríamente, que ella se lo merecía por atreverse a enfrentarlo. Culpar a la víctima es indignante pero común en las sociedad moderna, incluso la misma policía se niega a investigar cuando es una violación sexual. La impunidad en estos abusos reprime a las mujeres y corrompe a los hombres.

Las campañas de educación masiva, han dado muy buenos resultados en el cambio de hábitos de tabaquismo y alcoholismo en la población, por lo que existe la posibilidad de que con esta innovadora campaña, además de beneficiar el trato hacia las mujeres, también se activen mejores leyes y procesos legales eficaces.

La publicidad tiene un compromiso trascendente en las campañas públicas, pues con su información genera olas de apoyo en medios de comunicación como: internet,  televisión, prensa y redes sociales, durante largo tiempo. Estos anuncios están dirigidos al sector poblacional donde cunde la misoginia, es decir la violencia contra la mujer. El involucrar en estas campañas a estrellas deportivas,  cantantes,  actores de cine y televisión que el público respeta, fue positivo.

Lo realmente triste, es que esta falta de amor hacia la mujer en general, se promueve a diario en las telenovelas, en las películas, en las entrevistas dónde se le trata como objeto sexual, en la letra de las canciones y en los videos donde la desnudan y ridiculizan. Por eso, mientras existan mujeres con baja autoestima, que desconozcan su valía como persona, y entreguen su dignidad a cambio de fama, diversión y dinero, muchas otras inocentes pagaran por sus errores. 

Aquí en México, nuestros legisladores proclaman con gran orgullo, una nueva ley que condena a varios años de prisión, a los que dañen a los animales; mientras los abominables actos contra las mujeres, permanecen impunes…¡Qué ironía!

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