Por: Antonieta B. de De Hoyos
Tenía
23 años y era estudiante de fisioterapia en Nueva Delhi. El mes pasado se subió
a un autobús y seis hombres la encerraron y la violaron durante horas, incluso
lastimándola con una barra de metal. Luego la arrojaron desnuda a la calle, y
tras luchar valientemente por su vida, murió el pasado fin de semana.
A
lo largo y ancho de India, la gente está reaccionando con protestas masivas
para decir “ya basta”. En ese país se viola a una mujer cada 22 minutos y pocas
veces se hace justicia. A nivel mundial, la cifra es escalofriante: siete de
cada diez mujeres serán física o sexualmente agredidas durante su vida. El
horror acontecido en Nueva Delhi es la gota que derramó el vaso. Estamos en
2013 y esta brutal y corrupta guerra contra las mujeres a nivel global, tiene
que acabarse.
El
gobierno indio está recibiendo comentarios ciudadanos, necesita con urgencia una
mejor aplicación de la ley y un amplio programa de educación pública y familiar,
que cambie estas actitudes bestiales que se han generalizado. El cabecilla de
los violadores afirma fríamente, que ella se lo merecía por atreverse a enfrentarlo.
Culpar a la víctima es indignante pero común en las sociedad moderna, incluso
la misma policía se niega a investigar cuando es una violación sexual. La impunidad
en estos abusos reprime a las mujeres y corrompe a los hombres.
Las
campañas de educación masiva, han dado muy buenos resultados en el cambio de
hábitos de tabaquismo y alcoholismo en la población, por lo que existe la
posibilidad de que con esta innovadora campaña, además de beneficiar el trato
hacia las mujeres, también se activen mejores leyes y procesos legales
eficaces.
La
publicidad tiene un compromiso trascendente en las campañas públicas, pues con
su información genera olas de apoyo en medios de comunicación como:
internet, televisión, prensa y redes
sociales, durante largo tiempo. Estos anuncios están dirigidos al sector
poblacional donde cunde la misoginia, es decir la violencia contra la mujer. El
involucrar en estas campañas a estrellas deportivas, cantantes, actores de cine y televisión que el público
respeta, fue positivo.
Lo
realmente triste, es que esta falta de amor hacia la mujer en general, se
promueve a diario en las telenovelas, en las películas, en las entrevistas
dónde se le trata como objeto sexual, en la letra de las canciones y en los
videos donde la desnudan y ridiculizan. Por eso, mientras existan mujeres con
baja autoestima, que desconozcan su valía como persona, y entreguen su dignidad
a cambio de fama, diversión y dinero, muchas otras inocentes pagaran por sus errores.
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