“Sigue el mundo su paso, rueda el tiempo
y van y vienen máscaras.”
y van y vienen máscaras.”
Jaime Sabines
En la republica el poder soberano reside en la voluntad del pueblo, o mejor dicho, de los ciudadanos que deciden de manera libre la forma de gobierno y delegan su representación en las autoridades electas a través del voto.
Para acceder al ejercicio del poder político se crearon los partidos políticos que “ofertan” propuestas de gobierno que hagan crecer a la República y beneficien a la población. Bueno, ese es el fin ideal de una República donde el que paga manda o el que vota ejerce el derecho para elegir la ruta por la que transitará la sociedad. Y eso no sucede en México.
En nuestro país los partidos políticos se han erigido en un poder por encima de la República, no generan ninguna corriente filosófica alternativa que ofrezca la esperanza de erradicar la pobreza extrema en la que viven millones de mexicanos o abolir la corrupción que carcome a la sociedad entera o por lo menos, una propuesta solida y aplicable para generar la riqueza que se distribuya a toda la población y eleve su calidad de vida.
Ejemplo de ello es el ex gobernador de Coahuila: Humberto Moreira que deja inconclusa una gestión para la que fue electo por los ciudadanos, que son a fin de cuentas los que generan la riqueza de la que viven los partidos políticos y con la que se cubren los ofensivos salarios de quienes detentan el poder político en México, para buscar dirigir a su partido político, el PRI. Es decir, un partido político esta por encima de la soberanía popular.
Pero no solo el PRI se muestra como ente metafísico. Con la ambición de no perder prebendas o posiciones de poder que representan dinero para los actores políticos, el Congreso del Estado de Coahuila logró la mezcla perfecta de aceite y agua y la mayoría de los diputados votó a favor de la licencia de Humberto Moreira. Diputados con manifiesta oposición ideológica como el PRD, el PT, UDC y por supuesto los apéndice priistas.
Los ciudadanos solo fueron convocados al Congreso como acarreados para aplaudir y vitorear la retirada de quien no supo cumplir su juramento de CUMPLIR las Leyes de México y Coahuila.
Es por ello que URGE ya una Reforma Electoral de fondo donde el ciudadano y la República sean el eje donde giren los actores políticos, para que los Partidos cumplan con el objetivo para lo que fueron pensados: promover la participación ciudadana y ofrecen alternativas de gobierno que proyecten a la Republica a un desarrollo sustentable.
Un Reforma Electoral que obligue a todo funcionario electo a cumplir con el mandato que les fue encomendado a través del voto.
Una Reforma Electoral donde los ciudadanos tengamos también el derecho de ser escuchados y no solo seamos tratados como números de votos que justifican un gobierno de abstencionismo.
Una Reforma Electoral que obligue a los Partidos a obtener más del 50% del total de votos de los ciudadanos registrados en el Padrón Electoral.
Una Reforma Electoral donde los partidos satélites dejen de ser parásitos del erario publico que solo rinden cuentas a los intereses que se sirven de ellos y que no representan ninguna propuesta política que enriquezca la vida publica de la República.
Este es el momento en que 100 años de revolución debe dejar de ser institucionalizada por la casta política que ha usurpado la soberanía popular y lograr que los ciudadanos lleguemos a la mayoría de edad por el beneficio de la Patria en la que vivimos.
Profra. Josefina Sánchez Ponce
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