23 de noviembre de 2010

Sorpresas...

Por: Rosaura Barahona
23 Nov. 10

Nunca dejan de sorprenderme las reacciones de algunos lectores. El artículo "Impotencia, rabia y miedo", publicado la semana pasada, trajo felicitaciones, reclamos y molestias.

Las felicitaciones fueron de quienes consideraron que el texto reflejó la realidad local y actual; los reclamos, de quienes piensan que me quedé cortísima y las molestias de la corriente "positivista" en contra de la manipulación de la violencia.

Esa corriente se mueve por las redes sociales y personales pidiendo, entre otras cosas, a) no hablar nunca de las cosas violentas vividas en la Ciudad o en el País; b) ignorar las noticias de los medios, porque éstos exageran la violencia para vender más; c) cuestionar esas noticias porque ellos pasean por la Ciudad, van y vienen a Laredo, salen a cenar a altísimas horas de la noche y nunca, nunca han visto u oído algo alarmante y, además, no conocen a nadie que lo haya vivido.

Me piden no volver a tocar el tema y hablar sólo de cosas llenas de luz, petición que ignoraré porque no me gusta que me digan qué escribir. Si este espacio me permite hablar sobre lo que considero interesante en un momento dado, lo haré mientras me aguanten como invitada.

La segunda sorpresa está vinculada al Vaticano y al condón. Me dan ganas de decirles: "¿No que no tronabas, pistolita?", pero son tan solemnes ellos y sus seguidores que se van a enojar. Mejor no lo digo.

La noticia dice, entre otras cosas, que hoy saldrá a la venta un libro-entrevista en donde Benedicto XVI justifica el uso del condón para evitar la transmisión del VIH.

Quienes consideran tal medida como histórica o revolucionaria la aplaudieron públicamente. Ante eso, el Vaticano aclaró que no es un viraje del Papa sobre el uso del condón. ¡Pero sí lo es! En Camerún, en el 2009, declaró: "El sida no se puede resolver con el uso del condón; al contrario incrementa el problema".

Cuando uno de sus cardenales africanos declaró a una televisora europea: "Ver la epidemia del sida en los países africanos y no permitir el uso del condón es un pecado mayor que autorizar su uso", el Papa lo mandó callar y la segunda parte de su entrevista, que debía salir al día siguiente, nunca se realizó.

Ratzinger sabía que desde hace tiempo no pocos cardenales y sacerdotes autorizaban el uso del condón en comunidades muy pobres, entre personas con VIH o entre parejas responsables que ya no podían o querían tener más hijos. Carlo María Marini, prestigiado ex Arzobispo de Milán, dijo que una persona casada y con VIH está obligada a usar condón.

Mucha gente ha dado la bienvenida a esta decisión; por eso el Vaticano insiste en aclarar que es sólo en casos muy concretos y que los jóvenes deberán recurrir a la abstinencia, y los matrimonios sanos que ya no deseen más hijos, al ritmo que, además de ser aburridísimo y matapasiones, a muchas mujeres no les funciona.

Y relacionado con eso está otra noticia no vaticana, sino de la SEP (que también tiene su Papisa): La SEP promoverá el uso del condón entre los estudiantes de bachillerato para que comprendan la importancia de una sexualidad responsable que contribuya a reducir los embarazos adolescentes no deseados.

Lujambio, titular de la SEP, declaró: "Quiero decir algo con toda claridad, para que nadie se confunda: al promover los anticonceptivos, el uso del preservativo, la SEP no promueve la actividad sexual. Ni la promueve ni la inhibe entre los jóvenes, lo que quiere la SEP es una actividad sexual responsable, que los jóvenes sepan las consecuencias de sus actos. Lo responsable es prevenir un embarazo no deseado".

De acuerdo a una encuesta, señaló, uno de cada cuatro estudiantes de las prepas públicas aceptó haber tenido relaciones sexuales sin protección. Quienes hemos trabajado en prepas privadas sabemos que en eso no hay diferencia: los chavos tienen la hormona alborotada y la mayoría responde a sus urgencias, les digan lo que les digan quien se los diga.

También se refirió a un sondeo cuyos resultados mostraron que el 7.6 por ciento de las estudiantes de prepa (unas 40 mil), aseguraron haber tenido un embarazo.

Ninguna de las dos medidas resolverá totalmente los problemas a los cuales se dirigen, pero algo es algo y eso siempre se agradece.

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