24 de octubre de 2010
Fichas de póker.
Por: Antonieta B. de De Hoyos
Esta circulando en la red, un video denominado “Fichas de póker”, material ilustrativo de muy buena calidad que sirve a aquellos padres interesados en elevar la autoestima de sus hijos.
La lección trata de la autoestima, un valor siempre importante, pero vital en la infancia y adolescencia, pues permite el crecimiento del ser y potencializa los valores. El psicólogo empieza comparando la vida con el póker para que nos demos cuenta, de que el que sale a jugar con pocas fichas o pocos triunfos en la mano, tiene poco o nada que hacer en el campo moderno de la competitividad. Da como ejemplo al niño que no levanta la mano para contestar una pregunta por temor a equivocarse, al tímido joven que no asiste al baile de la escuela, al que no hace deporte; actitud negativa que adoptan por sentirse inferior. Condición de la que todos somos responsables al dirigirle frases como: todo lo tiras, no sirves para nada, eres una vergüenza. Estas mismas personas si quieren, pueden hacer que estas fichas crezcan y que el jugador se atreva a apostar y competir, basta que cambien las ofensas por besos, abrazos y elogios mesurados.
El trabajo de los padres y de los adultos es dar fichas, para que cuando este niño o muchacho (a) se vaya a dormir, lleve mas fichas de póker que las que tenia por la mañana. Sabemos que tendrá fichas porque le daremos las mas que podamos en el día y le quitaremos las menos posibles al corregirlo. Tomaremos conciencia de que con cada maltrato, con cada ofensa, reducimos sus fichas. Pedir disculpas recupera fichas, pero en mínima parte. La clave está en dar la mayor cantidad de fichas que podamos y quitar solo las necesarias. Como adultos debemos preservar a los menores de aquellas personas que les quitan fichas sin devolverles nada. La gente en la calle, en la escuela, en las fiestas, en cualquier encuentro, quita fichas. Fíjate bien quien le quita fichas a tu hijo, porque de esa manera le hace la vida más difícil, más infeliz. Si lo notas triste, cabizbajo, es que tiene pocas fichas, la vida es una competencia a la que se debe asistir bien preparado. Con pocas fichas no se juega, se cae en el conformismo, momento preciso para unirse a pandillas, drogas, alcohol, prostitución.
¿Cómo podemos dar fichas? descubriendo lo que hacen bien y celebrarlo. Cada vez que dices “bien hecho”, “buen trabajo”, “te amo”, estás dando fichas y fuerza para trabajar mejor, elevas su autoestima. Si dos jóvenes salen a la calle y uno lleva toneladas de fichas y el otro apenas diez, uno ha tenido vida buena, el otro no, la competencia será injusta. A veces se pierden fichas cuando pasan cosas malas, pero si estás fuerte, esa pequeña pérdida poco importa. Cada acto de bondad da fichas para jugar y además protege de vicios, malas amistades y suicidio.
No está de más que al acostarse los hijos, la familia, la mujer y el marido, tengan más fichas de póker que las que tenían por la mañana, porque de esa manera todos se convertirán con certeza, en excelentes jugadores.
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