En mi reciente cumpleaños el mejor regalo que pude haber recibido fue el libro titulado “El Alma de los Animales”, cuyo autor es el pastor Gary Kowalski, quien actualmente trabaja para la First Unitarian Universalist Society of Burlington, Vermont, USA en el cual se cuestiona si los animales tienen alma y espiritu como nosotros.
El señor Kowalski al no ser un zoologo para poder escribir este libro conto con la valiosisima ayuda de personas como Frans de Waal, Dame Jane Goodall, Konrad Lorenz, Carl Jung, de profesion primatologos, etologos, antropologos, zoologos, psicologos analiticos, es decir expertos en conducta animal.
Menciona que el hombre considera al animal como una materia prima, un recurso, un objeto de consumo, utilizandolo como experimento, sin ponernos a pensar que tenemos mucho que aprender de ellos; en su opinion, ellos tienen los rasgos indicativos del alma, podemos observar sus manifestaciones externas en las lagrimas y la risa, en la valentia y el heroismo, en la generosidad y el perdon.
En su opinion, el alma es la medula de nuestra existencia como seres sintientes, sensibles, nadie puede demostrar que los animales tengan alma; algunas verdades no pueden ser demostradas, pero si abrimos nuestro corazon a otras criaturas y nos permitimos simpatizar con sus alegrias y sufrimientos, descubriremos que pueden tocarnos y transformarnos.
Conforme fui avanzando en la lectura, me quede maravillada de las experiencias e historias que algunas personas han compartido con el pastor Kowalski de lo que son capaces de hacer los animales como lo que sucedio en una pequeña granja de Misisipi cuando una cerda acababa de parir cerditos, la cerda madre arranco cuidadosamente unos capullos que por ser primavera estaban en plena floracion para elaborar un ramillete de narcisos y los coloco en forma de brillante corona amarilla alrededor de la durmiente camada. Para la mujer que presencio esto fue una vision maravillosa, es decir los animales tienen la capacidad tanto como nosotros de celebrar la vida y tal vez mas.
La respuesta de un elefante cuando un miembro de su familia muere es sorprendente, como es el caso de “Tina” una hembra joven que recibio un disparo en el pecho y la bala penetro su pulmon derecho y murio; su familia se detuvo inmediatamente para ayudarla y la rodearon mientras le salia sangre por la boca, su madre y otra hembra mayor se pusieron a cada uno de sus lados tratando freneticamente de resucitarla golpeandola y mordiendola, sus esfuerzos fueron inutiles, pero no la abandonaron utilizando sus trompas para rociar su cuerpo con tierra y rompiendo ramas a manera de enterrarla, la madre de “Tina” fue la ultima en marcharse.
En un proximo articulo dare continuidad a estos relatos, donde el autor combina historias conmovedoras con solidos datos cientificos para demostrar al hombre que las demas criaturas no son objetos insensibles desprovistos de sentimientos e intelecto, sino que tambien son seres pensantes que albergan sentimientos y tienen una vida espiritual interior. Hasta el proximo.
El señor Kowalski al no ser un zoologo para poder escribir este libro conto con la valiosisima ayuda de personas como Frans de Waal, Dame Jane Goodall, Konrad Lorenz, Carl Jung, de profesion primatologos, etologos, antropologos, zoologos, psicologos analiticos, es decir expertos en conducta animal.
Menciona que el hombre considera al animal como una materia prima, un recurso, un objeto de consumo, utilizandolo como experimento, sin ponernos a pensar que tenemos mucho que aprender de ellos; en su opinion, ellos tienen los rasgos indicativos del alma, podemos observar sus manifestaciones externas en las lagrimas y la risa, en la valentia y el heroismo, en la generosidad y el perdon.
En su opinion, el alma es la medula de nuestra existencia como seres sintientes, sensibles, nadie puede demostrar que los animales tengan alma; algunas verdades no pueden ser demostradas, pero si abrimos nuestro corazon a otras criaturas y nos permitimos simpatizar con sus alegrias y sufrimientos, descubriremos que pueden tocarnos y transformarnos.
Conforme fui avanzando en la lectura, me quede maravillada de las experiencias e historias que algunas personas han compartido con el pastor Kowalski de lo que son capaces de hacer los animales como lo que sucedio en una pequeña granja de Misisipi cuando una cerda acababa de parir cerditos, la cerda madre arranco cuidadosamente unos capullos que por ser primavera estaban en plena floracion para elaborar un ramillete de narcisos y los coloco en forma de brillante corona amarilla alrededor de la durmiente camada. Para la mujer que presencio esto fue una vision maravillosa, es decir los animales tienen la capacidad tanto como nosotros de celebrar la vida y tal vez mas.
La respuesta de un elefante cuando un miembro de su familia muere es sorprendente, como es el caso de “Tina” una hembra joven que recibio un disparo en el pecho y la bala penetro su pulmon derecho y murio; su familia se detuvo inmediatamente para ayudarla y la rodearon mientras le salia sangre por la boca, su madre y otra hembra mayor se pusieron a cada uno de sus lados tratando freneticamente de resucitarla golpeandola y mordiendola, sus esfuerzos fueron inutiles, pero no la abandonaron utilizando sus trompas para rociar su cuerpo con tierra y rompiendo ramas a manera de enterrarla, la madre de “Tina” fue la ultima en marcharse.
En un proximo articulo dare continuidad a estos relatos, donde el autor combina historias conmovedoras con solidos datos cientificos para demostrar al hombre que las demas criaturas no son objetos insensibles desprovistos de sentimientos e intelecto, sino que tambien son seres pensantes que albergan sentimientos y tienen una vida espiritual interior. Hasta el proximo.
1 comentario:
Una foto dice mas que mil palabras; la expresion de felicidad de la chimpance, refleja su instinto maternal.
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