27 de abril de 2010

La Carrera Espacial

Por: German Dehesa

Nada más para comenzar habría que hacer el señalamiento que, ya en su tiempo, hizo Borges: toda carrera, aunque sea a la miscelánea de la esquina, es espacial. Dicho esto, procedo a cambiar de perspectiva para decir que, puesto que México ya ha resuelto todos y cada uno de sus problemas, resulta muy pertinente y halagüeño que tengamos, como todo país moderno que se respete, un organismo dedicado a la investigación y exploración del espacio exterior.

Creo que es un paso muy significativo y que, además de sus bondades intrínsecas, viene a llenar las expectativas que su Charro Negro se ha formado al respecto a lo largo de muchos años. Por fin veo que mis sueños se cumplirán y que pronto el primer cohete mexicano, el "Chivas Guan", partirá de Cabo Colomitos rumbo a las estrellas.

De inmediato tenemos que darnos a la tarea de formar a nuestros astronautas. Ésta es una solución, hay otra: sabedores de que un mexicano aprende sobre la marcha y de que echando a perder se aprende, podemos lanzar al espacio exterior la nave "Chivas Guan" con gente de esa que es muy plomito, del tipo del Coronel Manlio Fabio, el Alférez Nava, la Grumete Gordillo, el cabo Norberto y la chalana Beatriz.

Si esta expedición tiene éxito (es decir, si no regresa nadie), enviaremos poco a poquito a todos los diputados, senadores, gobernadores encabezados por Enrique "El Copetín" Peña Nieto y por Mario "El Precioso" Marín, al Procurador Baz Baz, a esa vieja horrenda que es la Gobernadora de Arizona, a Paquita la del Barrio, al latoso de AMLO, al Azcarraguita y su Corte, a MONTIEL y a los que ustedes se sirvan sugerir.

Por supuesto que no pretendemos competir con los norteamericanos, que ya nos llevan mucha ventaja. Lo que yo haría sería poner el primer changarro espacial que se llame "La NACHA" en donde se reparen mofles, se hojalateen carrocerías, se arreglen transmisiones.

Habrá una fondita adosada donde el cansado viajero se meta un reparador fogonazo de alguna de esas marranillas que hacen andar a los paralíticos y les devuelven la vista a los topitos. Junto con esto, tendremos variados chescos y platos tan selectos como el Pato a la Saturno, los Aerolitos de Chicharrón y las carnitas de Cuino Marciano, Chongos Venusinos, café o té.

Veo con tristeza que las naciones que ya tienen presencia en la carrera espacial no han hecho, ni de lejos, la suficiente alharaca por la llegada del sabor y los colores mexicanos. Espérense y ya atestiguarán atónitos la llegada a Neptuno del primer mariachi azteca. Y no nos provoquen, porque nos llevamos también a un nutrido Ballet Folclórico que levante con sus chanclazos el polvo de Mercurio, un planeta que ya para entonces tendrá Zócalo, PRD y chica Catedralota.

Y ya basta, no quiero abandonarme a mis sueños galácticos. Por lo pronto, lo que sabemos es que México ya se dio de alta en la investigación espacial y que Jalisco ya pidió la sede de lo que será nuestra versión de Cabo Kennedy. No se sabe muy bien qué vamos a hacer ahí; lo más probable es que hagamos lo que más cuadra con nuestra idiosincrasia profunda: vamos a hacernos güeyes.
¿Qué tal durmió?

MDCCLXXXIII (1783)

¿MONTIEL volverá a ser transexenal?

Cualquier correspondencia con esta espacial columna favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)

No hay comentarios: