5 de agosto de 2013

Piedras Negras, ciudad con presente....


El 14 de junio pasado, recibimos una lluvia torrencial que se prolongó por más de cinco horas, lo que trajo como consecuencia una inesperada inundación que afectó el patrimonio familiar de miles de residentes en diferentes zonas de la ciudad. El por qué de este desastre está a la vista: en primer lugar la atípica lluvia, después la obstrucción y desaparición de los cauces de los arroyos.


Han pasado más de siete semanas y los dirigentes de los distintos departamentos municipales, encargados de la recuperación y de la prevención de futuras contingencias, realizan su labor con la lentitud de una tortuga, no piensan que cada minuto que pasa vale oro, pues la naturaleza es caprichosa y sin previo aviso podría reservarnos otra experiencia quizás peor que la primera, incluso inundar zonas que antes estaban fuera de peligro  por la negligencia en el retiro de los escombros.

  

Limpiar, ademar, reconstruir canales, romper barreras, reubicar, indemnizar a los que con o sin permiso de las autoridades construyeron sus casas sobre los lechos de los arroyos es preponderante. La desorganización en el desarrollo urbano, en el pasado y en el presente fue decisiva en la magnitud de esta contingencia.


Lo más saludable es aceptar que estamos viviendo un tiempo crucial, en el que la sociedad debe solidarizarse. Ya no se trata de dádivas gubernamentales sino de justicia social. Todos tenemos la obligación moral de hacer algo por nuestro entorno de acuerdo a nuestras posibilidades: el médico, el abogado, el arquitecto, el empresario, el maestro, el sacerdote, el millonario, el pobre, el jornalero, el ama de casa, adultos y jóvenes etc. debemos unirnos y luchar contra la ineficacia de los gobiernos actuales, en donde la corrupción está originando verdaderas tragedias.  


Aquel que tenga la influencia, el poder, los conocimientos, la profesión, la experiencia, debe unirse ¡por humanidad! a los comités de colonias damnificadas y ayudar a los desposeídos en su recuperación. No podemos permitir que los funcionarios públicos evadan sus responsabilidades. Por ello es necesario aprender a elegir con más cuidado a nuestros representantes. Un ciego por muy buenas intenciones que tenga, no puede guiar a su rebaño.


A mes y medio de lo sucedido, muchos de nuestros hermanos en desgracia sobreviven aun entre los escombros, maleza, basura, contaminación, alimañas. Aun esperan impacientes, que se hagan valer sus garantías individuales comprendidas en la Constitución. (empleo, vivienda, seguridad, educación y otras).


Piedras Negras no es una ciudad con futuro, es una ciudad con presente y este debe ser planeado con inteligencia, por gentes capaces no por improvisados. El cambio climático no es un juego y eso ha quedado comprobado, despertemos entonces y juntos preparémonos para superarlo. Caminemos con firmeza, sin egoísmos, porque lo que hagamos o dejemos de hacer hoy, indudablemente repercutirá en el futuro de los que más amamos…nuestros descendientes.


Antonieta B. de De Hoyos         julio31/13.

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