25 de julio de 2013

Todos somos humanos con defectos y virtudes.

Por: Antonieta B. de De Hoyos


El español Abel Della Costa, dedica su tiempo al estudio de la teología, ciencia para unos, disciplina para otros, que investiga la presencia y las virtudes de Dios, en dos de las principales religiones a nivel mundial; la hindú y la judeocristiana. Algunos teólogos son ateos, pero en este caso el es creyente y es precisamente desde su punto de vista cristiano que aclara algunas dudas, que como sociedad tenemos respecto a la conducta homosexual, tan promocionada en la actualidad en los diferentes medios de comunicación.


Abel afirma que la homosexualidad no es una fase de la persona, ni una condición, que sólo es una práctica, incluso una serie de prácticas que se suman: bisexual, transexual, transgénero, travestí y más. Hasta la fecha se desconoce el origen de estas preferencias, pero se sabe que desde tiempos inmemoriales, han estado presentes en la humanidad.  Investigaciones científicas señalan que esta inclinación sexual se forma con el tiempo y que podría tener como agente modelador la biología, desde el vientre de la madre en el instante de la concepción, la psicología en la madurez emotiva y la cultura entre otros.


Lo único que se sabe es que no es genético, pues no se ha encontrado aún un gen gay en la persona, por eso si alguien tiene esta tendencia o no teniéndola la acepta, es algo muy difícil de entender. La iglesia fiel al Evangelio no aprueba los actos homosexuales y se une de corazón, al conflicto que la persona puede tener cuando se ve en esta situación. Educar y proteger a los niños y adolescentes de la influencia negativa del ambiente y de terceras personas, es primordial.


Sabemos que Dios no se molestó nunca en prohibir que alguien sea homosexual, se dedicó a decir que no se tolere en la comunidad “gente que haga esas cosas” y que Él no juzga a la persona, sino los actos que realice en el estado que se encuentre: viudo, separado, soltero, casado, etc. aquí la mala conducta del heterosexual también es sancionada.


Cuando una persona tiene relaciones homosexuales frecuentes y se le dice que lo hace porque es homosexual, se le miente y daña, porque él solo es un varón al que le gustan los  varones y que por decisión propia ejerce la homosexualidad, lo mismo va para las mujeres que gustan de mujeres.


La práctica homosexual se ha generalizado y convertido en un mega negocio, para mentes perversas que incrementan su riqueza envileciendo a las generaciones jóvenes. Todos, hombres y mujeres, heterosexuales o con preferencias sexuales diferentes, somos humanos con defectos y virtudes, debilidades y fortalezas, con la obligación moral de ser discretos cuando por libre albedrio, decidamos romper con lo establecido por Dios.  


El padre y la madre cristiana rezan y esperan. Confían en su oración, son firmes y apoyan pero no consienten, guían hacia lo bueno pero sin desesperar. Pero sobre todo llevan en su mente y en su corazón esa bellísima máxima celestial…!yo te amo como eres!  

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