Por: Ramón de la Peña Manrique
Me llamó la atención el mensaje del Secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova Villalobos, en la ceremonia de inicio del ciclo escolar 2012-2013 en la Secundaria Técnica No. 14, que leí hace poco.
"Son ustedes muy afortunados", dijo, "no sólo por tener garantizada la educación básica, como lo establece nuestra Constitución, sino porque son ustedes parte de la nueva generación de mexicanos que ha tenido la transformación educativa más importante que ha tenido México en muchos años".
¡Guau!, me dije, qué excelente noticia y más me impresionó cuando leí que dijo: "Hoy, queridos jóvenes, podemos afirmar, con toda honestidad y orgullo, que el Gobierno del Presidente Felipe Calderón ha construido una base sólida para la calidad de la educación sustentada en la evaluación y en la participación de las y los maestros, junto con la revaloración de la corresponsabilidad de los padres de familia en la educación de sus hijos, a través de los consejos escolares de participación social, reactivados en esta Administración".
Más adelante nos dice que el Presidente ha dicho reiteradamente que lo que no se mide y evalúa no se puede mejorar, y que esto ha sido posible con la nueva cultura de la evaluación implantada en la Secretaría, lo cual les ha permitido elevar la calidad educativa en todos los niveles educativos.
Pero, oh, sorpresa: por otro lado me entero que mediante el nuevo esquema de evaluación aprobado y presentado en el Acuerdo No. 648 de la propia Secretaría, en el que se establecen normas generales para la evaluación, acreditación, promoción y certificación en la educación básica -acuerdo que se aplica a partir de este ciclo escolar-, se nos dice que los estudiantes de educación básica podrán acreditar sus grados escolares aun si no alcanzaron los aprendizajes esperados en cada año escolar.
De hecho, en preescolar y en los tres primeros años de su educación primaria los alumnos "pasarán de año" aplicando los siguientes criterios: "La acreditación de cualquier grado de la educación preescolar se obtendrá por el solo hecho de haberlo cursado" y "La acreditación de los grados primero, segundo y tercero de la educación primaria se obtendrá por el solo hecho de haberlos cursado", lo que en algunos casos implicará no haber aprendido nada. ¿Es ésa la calidad educativa que nos mencionó el Secretario en su mensaje?
Y para refrendar esa gran calidad en la educación primaria se nos dice que: "En los grados cuarto y quinto de la educación primaria, el alumno será promovido al siguiente grado, cuando: a) Acredite todas las asignaturas del grado cursado, o b) Alcance un promedio final de grado mínimo de 6.0 y presente un máximo de dos asignaturas no acreditadas". ¿Ésta será la nueva generación de mexicanos que tendrá la transformación educativa más importante en muchos años?
Y para continuar por el camino incorrecto, el Acuerdo 648 nos presenta la culminación de este proceso al decirnos que en la educación secundaria: "El alumno tendrá que repetir el grado completo, cuando: 1) Al concluir el ciclo escolar, presente cinco o más asignaturas no acreditadas de primero y/o segundo grado, o 2) Al concluir los primeros quince días hábiles del inicio del siguiente ciclo escolar, conserve más de tres asignaturas de primero y/o segundo grado no acreditadas".
Estimado lector, es válido decir "que la cultura de la calidad, sustentada en el ejercicio escrupuloso de la evaluación, la transparencia y la rendición de cuentas son, sin duda, uno de los legados más valiosos que el Gobierno del Presidente Felipe Calderón deja a México", tal y como lo expresó el Secretario en su mensaje.
Pero, ¿usted cree que con este nivel de exigencia mínima en nuestra educación básica podemos pensar en competir con los países que fincan su desarrollo en una educación de calidad? ¿Podemos asegurar que tendremos alumnos excelentemente preparados para ingresar a nuestro sistema universitario? Yo pienso que no.
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