Por: Antonieta B. de De Hoyos
Empieza
el año y comenzamos la lista de buenos propósitos y como suele suceder más de
la mitad no se realizan y los que nos proponemos a hacer, los dejamos a medias.
De
todos modos el hecho de pensar en ellos, ya nos coloca en el sendero de la
superación, es en ese intentar y en ese lograr
aunque sea el mínimo, lo que mejora nuestra actitud ante la vida.
Pero
algo sucedió en la temporada decembrina que trajo a mi corazón un poco de
tristeza, y fue el enterarme de que en la ciudad de México, la gente no se
encuentra bien por causa de la basura acumulada. Esta tragedia la provocó el
cierre de uno de los enormes basureros citadinos, que reciben más de doce mil
toneladas diarias de desechos. Al menos esa fue la razón por la que cientos de
familias, optaron por sacar la basura de sus hogares y amontonarla en lotes
baldíos, o de plano dejarla en la vía
pública.
Yo
estoy segura de que la mayoría de las amas de casa que están bien informadas
están haciendo su tarea, es decir: reciclan, reparan y rehúsan lo más que
pueden, pero sobre todo evitan desperdiciar alimentos. Reglas que probablemente
se rompieron con motivo de las fiestas y reuniones navideñas y de fin de año,
pero aun así calculo que hubo menos desperdicios orgánicos e inorgánicos, que
en épocas pasadas.
Lo
que si representaría el mejor de los propósitos y nos beneficiaría a todos, es
el luchar por detener de inmediato y penalizar con fuerte multa económica, esa publicidad obsoleta e inútil
que llega a los hogares por medio del correo o de mensajeros. Muchos son los
folletos que difunden ofertas de supermercados, mueblerías, agencias
automotrices; otras son las tarjetas de crédito de los bancos y tiendas
departamentales; a esto agregamos catálogos completos de artículos tan
innecesarios como inalcanzables: colección de joyas auténticas, residencias
costosísimas, autos de súper lujo, novedosos aparatos electrónicos, juegos
virtuales para niños etc. Por si esto fuera poco, llegan también las tarjetas
de felicitación del gremio político en turno, gente que no conocemos ni nos
conoce y que toma la información de directorios privados.
El
colmo lo representa el insertar en el periódico local o distribuir de manera particular una revista repleta de
fotografías, donde se muestra al presidente municipal, gobernador, diputado o
senador, realizando su labor anual en pro de la comunidad, actividades que no
necesitan proclamarse ya que van incluidas en el compromiso contraído.
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