Por: Antonieta B. de De Hoyos
Como
regalo de navidad, el mayor de mis hijos varones que conoce mi afición por la
lectura me compró un libro, el que por descuido dejó olvidado en su casa, prometiendo
y cumpliendo, traerlo en la primera vuelta.
Desde que vi el titulo y el autor
me pareció interesante, se llama “Sincro Destino” y es de Deepak Chopra, Hindú pionero
de la medicina mente-cuerpo, que tiene en su haber 28 libros traducidos a 35
idiomas. Se le ha llamado el poeta-profeta de la medicina alternativa y está incluido
entre las 100 personalidades más representativas del siglo XX, además se le
considera un ícono de nuestro tiempo. Combina la física con la filosofía, lo
práctico con lo espiritual, la sabiduría oriental con la ciencia occidental.
Todos
sus libros son complicados, difíciles de entender, pero éste lo escribió con el
deseo de que su lector, viera de manera sencilla la profundidad de la vida
cotidiana, descubriera su destino, lo forjara y encontrara el camino hacia la
realización, hacia la iluminación.
Debo
reconocer que la primera mitad me confundió completamente, tuve que releer
muchos párrafos para comprender con claridad su mensaje, pero cuando termine la
segunda mitad, comprendí que había valido la pena el esfuerzo.
Recién
terminé de leerlo, recibí la noticia de que mi hijo iba a ser ascendido en la empresa
en la que, desde hace más de una década se desempeña. Oportunidad que le augura elevar la calidad de vida de su
familia; el único inconveniente es la lejanía.
Siempre
que leo algún material que me impresiona, busco la biografía del autor, conozco
sus antecedentes y sigo la línea de su vida. Deep Chopra tiene 64 años;
demasiado joven para ser tan prolifero en libros y costosísimas conferencias, que
solo las minorías pueden pagar. Y como suele suceder, su gran éxito le ha
acarreado fuertes críticas a su trabajo.
De
todas formas su mensaje espiritual es bueno, sobre todo porque refleja las
enseñas cristianas que nos guían desde la infancia. Manifestar que existe una
energía universal conectada a la inteligencia personal, es afirmar que Dios
existe y se encuentra dentro de cada uno de nosotros. Que todo lo bueno nos
sucede cuando estamos en armonía con Él, lo sabemos. El autor aconseja estar
preparados para que se realice el milagro, pero que jamás lo cataloguemos como
coincidencia ni suerte. También nos invita a luchar por nuestros sueños, a que los
pongamos en manos de Dios y aceptemos su voluntad, porque todo lo que viene de
Él, siempre será para bien.
A lo mejor no es un gran libro, pero llegó en el momento preciso, cuando el dolor de la separación me invadía. Ahora acepto con alegría y profundo agradecimiento su designio, porque confirmé que son bendiciones impartidas por Él, para toda la familia.
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