10 de septiembre de 2011

El cáncer de piel debe ser tomado en serio.

“El truco de una vida plena,
                                                                                           es llegar a viejo lo más joven posible”


Por: Antonieta B. de De Hoyos
Desafortunadamente en las últimas décadas, la sociedad ha ido desterrando de las virtudes humanas a la responsabilidad. Dos ejemplos muy claros son el deterioro del cuerpo y del medio ambiente. Si observamos con detenimiento, nos daremos cuenta de que en ninguna otra época  el hombre y la mujer habían dañado tanto su organismo: con tatuajes, cirugías, dietas, comida chatarra, drogas y automedicación. Dejando de lado las múltiples recomendaciones que les ofrecen los expertos e ilustres científicos.

Basta mirar a la gente que acude alrededor del mundo, a las playas a “tostarse” para lucir bien y estar a la moda. Esperan ansiosas el verano para  “broncearse como se debe”. Cuanto más “tostada” quede una persona, mas “status” tiene con sus amigos. El “tostarse” es un arte y tiene su ritual; primero una quemada “para que agarre el color” así dicen, y luego “mantener el tostado” usando aceite de bebé a las horas pico. Hay que lucir un buen bronceado para ir luego a  la fiesta y disfrutar de cumplidos y de la admiración de los asistentes. A los niños se les protege cuando se puede, aunque por lo general quedan más quemados que bronceados. Aun existen los que creen, que el sol afecta menos a los de tez morena.

El cáncer de la piel ocupa el número uno en las estadísticas de los diferentes tipos de cáncer y se calcula que cada año, se presentan aproximadamente un millón en los Estados Unidos.

La luz ultravioleta (LUV) que viene con la luz del sol, emana dos tipos de radiaciones: las visibles y las invisibles, las que a su vez se dividen en A, B y C. El 98.7% de estos rayos es tipo A, se usa como tratamiento de algunas enfermedades de la piel, además broncea, avejenta y propicia arrugas y estrías al destruir el colágeno, sustancia que da firmeza y redondez a la piel.

 La B, es muy peligrosa y es absorbida casi en su totalidad por la capa de ozono de la atmósfera, daña al núcleo de las células, (al ADN) y desarrolla el cáncer de la piel. Esta luz es más intensa entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde, causa quemadura de la piel y cataratas en los ojos. La tipo C, no llega a la tierra pero se puede crear artificialmente, se usa para la desinfección del aire, del agua y quema la piel e irrita los ojos. Hay dos tipos de cáncer de piel: el agresivo y mortal si no se detecta a tiempo, (este aparece hasta cuatro o seis años después de la bronceada), y el que se puede controlar pero deja huellas antiestéticas de por vida.

Todo está dicho, solo falta que tomemos conciencia y lo llevemos a la práctica. La destrucción de la capa de ozono es uno de los problemas ambientales más graves que debemos enfrentar, por eso es indispensable escuchar consejo. Cuidar el medio ambiente, disminuir el uso de aparatos que dañan la capa de ozono, aunque nos sean indispensables. En menos de doscientos años hemos hecho inhabitable el mar, destruido bosques y adelgazado la capa de ozono, entre muchos otros insultos a la naturaleza. Por eso urge que ejercitemos de nuevo la virtud de la responsabilidad y la grabemos en la mente de las generaciones jóvenes.

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