EL TRABAJO NO TIENE GÉNERO.
“¡On the micro! mujeres trabajando,
esto no es feminismo, es mantenerte fiel frente al micro,
¡No es competencia! es Unión, con significado,
poniéndole Dignidad, dándole duro al trabajo.
¡No hay pelea! los egos quedan de lado...”
Colectivo
Otro año más donde los discursos laborales reclamarán los bajos salarios y la falta de empleo. Se hablará de la pérdida del poder adquisitivo o el cierre de empresas por culpa de la política económica del gobierno o quizás, hasta se culpen al clima de inseguridad o al calentamiento global sobre la situación de los trabajadores en México. Discursos vacios pronunciados desde el mundo cerrado de la comodidad que aseguran los ingresos exorbitantes de los líderes obreros.
Mientras que en la maquila o en la obra o centros comerciales o en el subempleo o donde se busque ganar lo mismo que se gasta en mantener a una familia, la lucha diaria de casi 75 millones de empleados solo ha logrado salarios miserables maquillados con “estímulos” a la producción que no generan beneficios laborales.
La crisis económica se ha vuelto un mal congénito en la sociedad en la que vivimos y a quienes les tocan enfrentar el problema son las mujeres y los menores de edad que se han integrado al mercado laboral recibiendo a cambio menores ingresos y menores oportunidades para crecer laboralmente.
De acuerdo con los datos reportados por la ENOE del 2009 “del total de personas que trabajan en México, 40.5 millones son mujeres (53.7%) y 34.9 millones son hombres (46.3%). La mayor presencia de las mujeres en el trabajo (global remunerado y no remunerado) es resultado de la hegemonía que tienen en el trabajo no remunerado y de su creciente inserción en el mercado, lo cual si bien significa un avance en la participación de la mujer en el terreno laboral, ello no ha sido en condiciones de igualdad, pues generalmente se incorporan en puestos de trabajo de menor jerarquía que los hombres y perciben una menor remuneración, incluso en los mismos puestos de trabajo.”
Pero no solo en la generación de un ingreso familiar existe la discriminación laboral, cabe señalar que también en los puestos de dirección sindical, quien domina son los hombres, a excepción del SNTE (uno de los sindicatos donde la mayoría son mujeres), lo que representa que la mujer es utilizada como voto de campaña pero se le niegan los accesos a las mesas de discusiones o de opiniones para mejorar las condiciones de vida de todos los trabajadores.
Sin embargo, dirigir un sindicato, en la actualidad, en nuestro país, no es reflejo de una postura democrática o una visión de género, al contrario, en la mayoría de los casos, y vuelvo hacer referencia al SNTE y de la Profra. Elba Esther Gordillo, , las dirigentes tranzan con el sistema charro que ha hundido los reclamos obreros. Las mismas “lideres” de secciones o de empresas o Centros de Trabajo, asumen los mismos vicios del sistema antidemocrático que se ha institucionalizado en México y reprimen con igual violencia, cualquier manifestación de inconformidad.
Casos como el de Leocadio Hernández, dirigente de la CTM en esta región, que es dueño de una fortuna que lo ha llevado a ser regidor en varias ocasiones y diputado (vendiendo los votos de sus agremiados), e imponer un nepotismo; se repiten por todas las regiones del país.
“Quien no tranza no avanza” máxima del nefasto Fidel Velázquez hundió el sueño de democracia obrera y corrompe, sin importar el género.
“Un político pobre es un pobre político” se ha cambiado en un “Dirigente obrero pobre es un pobre dirigente obrero” que carece de fuerza para ganar los derechos laborales de todos los trabajadores a los que dice representar.
No es de extrañarse que una vez mas, la voz de los obreros no será escuchada en la elaboración de una Nueva Ley Federal del Trabajo. Los “representantes obreros” estarán mas atentos a no perder sus cotos de control que les representa mayores ingresos económicos a costa del hambre de sus agremiados, hombres y mujeres que sueñan en dar a sus hijos un mejor futuro trabajando con dignidad.
Este primero de mayo la consigna será, indudablemente, no tocar las cifras reales de desempleo y discriminación laboral, mucho menos discutir la necesidad de abrir a los sindicatos hacia una política mínima de rendición de cuentas a los agremiados y mucho menos, tocar el tema de la democratización.
Las mujeres estamos trabajando por hacer grande al país, grande para nosotras y para nuestros hijos. Terminar con el sistema impuesto como forma de control político nos ha clausurado el futuro y cambiarlo por la vía democrática debe ser nuestra principal enseñanza a nuestros hijos.
Profra. Josefina Sanchez Ponce
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