9 de febrero de 2011

Recordando a “Mahatma” Gandhi.


Por: Antonieta B. de De Hoyos

El domingo treinta de enero se conmemoró a nivel internacional el Día Mundial de la Paz y la No Violencia. Naciones Unidas eligió ese día por ser la fecha en que fue asesinado en 1948 Mohandas Karamchad Gandhi, posteriormente conocido como Mahatma que significa “Alma Grande”, sobrenombre que le impuso su gran amigo y contemporáneo, el famoso poeta, novelista, cuentista, dramaturgo, coreógrafo, pintor y filosofo Rabindranath Tagore. Gandhi nació en Portban en la India, cursó estudios de abogado en Londres, regresó a trabajar a la India, donde fue empleado por una empresa Británica y enviado a Sud África. Al darse cuenta de la inhumana forma como eran tratados sus compatriotas en aquel país, decidió regresar a la India y luchar con vehemencia hasta lograr su independencia de la colonia británica. Éxitos y fracasos, encarcelamientos y liberaciones, fueron moldeando su carácter; sin embargo fue la lectura de dos libros los que marcaron profundamente su nueva forma de vida, la Biblia y el Bhagavadita; del primero le cautivaron ciertos pasajes en los que se postula, el pacifismo a ultranza y la ausencia de respuesta a las agresiones. Del segundo, libro sagrado del hinduismo, extrajo enseñanzas acerca de la moral, la capacidad de esfuerzo y la resistencia tenaz ante la adversidad. También gracias a la influencia de los textos de John Ruskin, conoció el valor del trabajo manual, Henry David Thoreau, le mostró el concepto de la desobediencia civil, como modo de lucha y resistencia del individuo frente a la injusticia de las instituciones; de Tolstoi su pensamiento hacia el anarquismo pacífico.

Mientras escribía este artículo, recordé aquella mañana de mediados de los ochenta, en la que asistí a la exhibición privada del estreno mundial de la película “Gandhi”. Fue una experiencia personal única, trascendente, el actor personificó extraordinariamente bien al más grande luchador y pacifista de la historia. A través de esa filmación el mundo conoció y recordó que se puede vivir sin violencia al mismo tiempo que se defiende la verdad y los derechos humanos de los desposeídos; sean mujeres, niños, ancianos, incluso los que corresponden a los animales, manifestación que conmovió al mundo entero. De inmediato compré el libro escrito por Ema Godoy, me resultó más fascinante que la película, pues dentro de sus páginas mi imaginación no tuvo límite, a partir de entonces mi propia manera de pensar y sentir cambió para siempre.

En la actualidad existe una fuerte campaña a nivel nacional invitando a la lectura, para ello se han organizado en el área rural y citadina círculos de lectura para jóvenes y adultos, hábito que me parece fundamental en el desarrollo integral de la persona. La lectura de comprensión es una herramienta valiosa pero delicada, porque debe estar apoyada en los valores éticos y morales del lector al seleccionar lo que recibe y lo que ofrece. Sin lugar a dudas un libro puede elevar o hundir a una persona, puede aclarar dudas o complicarlas, puede redimir o esclavizar, razón por la que tienen clasificación y edad para leerse. El placer de la lectura es único, apasionante, pero creo que el buen sabor que queda cuando se termina de leer un libro, depende en mucho de lo antes aprendido.

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