Por: Antonieta B. de De Hoyos
El éxito no es cuestión de suerte, el éxito se construye con conocimiento, esfuerzo y perseverancia. Los obstáculos son parte del camino que se debe recorrer para obtener lo que vale la pena, estos se superan con determinación y un ardiente deseo de llegar a la meta.
No es el tamaño de tu casa ni los autos que posees, ni si eres jefe o empleado, o perteneces a clubes sociales elitistas.
No tiene que ver con el poder que ejerces, si eres buen administrador o si hablas bonito. Para nada importan los reflectores que te sigan en lo que haces.
El éxito no se debe a la ropa que usas, ni a las siglas deslumbrantes que definen tu posición social, cultural y económica. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, eres atractivo, joven o viejo…
Se trata de si te recuerdan cuando te vas.
Es tener la certeza de que en tus triunfos están involucrados tus sueños y de que en tus logros no hieres a tus semejantes.
El éxito no es contar la gente que te sigue, sino la que realmente te ama, no es tan solo trasmitir sino cuantos te creen. Si eres feliz o finges serlo. Se trata del equilibrio de la justicia que conduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, de tu dignidad invicta y de tu deseo de ser más y no de tener más.
Que esta celebración sea la continuidad de muchos logros más, que le traerán como hasta hoy, experiencias gratificantes y atesorables. Pido a Dios la conserve en ese lugar privilegiado para bienestar de sus radioescuchas.
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