31 de enero de 2011

Ojalá y cunda este ejemplo.


Por: Antonieta B. de De Hoyos

El miércoles de la presente semana, mientras tomaba mi desayuno, escuché en un noticiero local, sobre un acto cívico que se llevó a cabo en la vecina ciudad de Eagle Pass, noticia que de momento me desconcertó pero que después me llenó de alegría.

Hace poco más de seis meses que la Empresa Minera estadounidense “Dos Repúblicas”, ha venido haciendo del conocimiento de los eaglepaseños, su intención de volver a explotar unas viejas y abandonadas minas de carbón, que durante décadas han estado en desuso y que ahora por el crecimiento de la población, se ubican demasiado cerca de zonas residenciales.

Por ésta y otras razones los directivos de esta empresa minera, convocaron a la ciudadanía con varios meses de antelación, a una audiencia pública fechada para el martes veinticinco de enero del presente año. Apoyados en los diferentes medios de comunicación, solicitaron la presencia de todas aquellas personas que estuviesen interesadas en conocer su forma de laborar y los beneficios que ellos traerían a la ciudad en lo que se refiere a oportunidades de trabajo.

Grande fue la sorpresa para directivos y encargados de proteger el medio ambiente, al ver la inusitada respuesta de la gente, lo que les obligó a buscar una sala mayor en las cercanías. Lo más admirable fue que a pesar de ser una de las noches más frías de este invierno, la sesión se prolongó por espacio de cuatro horas, casi hasta la medianoche.

Participaron en este evento científicos, profesionistas y conocedores del trabajo que piensan realizar, sin tomar muy en cuenta las consecuencias que estas excavaciones traerán en corto y largo plazo a la salud de los habitantes.

Siempre, por más que busquemos justificación, el daño que hagamos o que permitamos que otros hagan a la naturaleza, tarde o temprano lo pagaremos. No habrá excepciones, ricos y pobres sufriremos por este desacato, unos en carne propia, otros en nuestros amados descendientes.

No es necesario imaginarlo, lo vemos a diario a través de la televisión y el internet; cientos de pueblos destruidos por la deforestación, la contaminación del agua y del aire, la aparición de enfermedades desconocidas y difíciles de curar, infecciones de la piel, ojos y órganos internos. Desafortunadamente la ambición humana sigue siendo más poderosa, que su inteligencia.

Vaya nuestro respeto y admiración para nuestros vecinos de Eagle Pass, pues han demostrado con su asistencia y participación en esa audiencia pública, que poseen la fuerza suficiente para cambiar la historia, siempre y cuando permanezcan unidos, de lo contrario puede pasarles lo que sucedió en Piedras Negras.

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