17 de noviembre de 2010

Amas de Casa, trabajo de jornada completa sin derecho a sueldo.


Por: Antonieta B. de De Hoyos

A pesar del supuesto reconocimiento del derecho de la mujer, a participar en igualdad de condiciones que el hombre, siguen presentándose discriminaciones que le afectan. Millones de amas de casa alrededor del mundo aún, no reciben paga económica por el intenso trabajo que realizan. Al verlas ignoradas por la sociedad y por los movimientos feministas, Juan Pablo II incluyó, sobre el particular, en su documento final del II Sínodo de Obispos en Europa, un texto firmado el 26 de junio de 2003, en solemne ceremonia en la basílica de San Pedro del Vaticano.

En la Encíclica Ecclesia in Europa, el Papa reivindica el derecho de la mujer de obtener un reconocimiento económico por el trabajo que realiza en el ámbito familiar. También hace un llamamiento a la Unión Europea para que reconozca en su futura constitución las raíces cristianas del continente europeo, y destaca en sus puntos 42 y 43 el importante papel de la mujer dentro de la familia en la sociedad actual.

''...La Iglesia manifiesta su confianza en lo que las mujeres pueden hacer hoy a favor del crecimiento de la esperanza en todas sus dimensiones. Hay aspectos de la sociedad contemporánea que son un reto a la capacidad que tienen las mujeres de acoger, compartir y engendrar en el amor, con tesón y gratuidad', La iglesia debe promover la dignidad de la mujer y del hombre puesto que los dos fueron creados a imagen y semejanza de Dios, cada uno colmado de dones propios y particulares. La iglesia no deja de alzar su voz para denunciar injusticias y violencias cometidas contra las mujeres. Pide que se apliquen efectivamente las leyes que protegen a la mujer y que se establezcan medidas eficaces contra el empleo humillante de imágenes femeninas en la propaganda comercial, así como contra la plaga de la prostitución; desea que el servicio prestado por la madre, del mismo modo que por el padre, en la vida doméstica, se considere como una contribución al bien común, incluso mediante formas de reconocimiento económico''.

Las amas de casa somos el colectivo profesional más numeroso que existe en el mundo, nuestro trabajo, silencioso y silenciado, nos ocupa la totalidad del día y horas de la noche en época de alumbramiento. En la actualidad son muchas las mujeres que duplican su carga al emplearse fuera de casa, ¿y que reciben por ello? A veces una sonrisa, un abrazo, un beso o una absoluta indiferencia, malos tratos físicos y mentales; labor que denota el más alto altruismo y sacrificio de nuestros días. El ama de casa aprende sobre la marcha, improvisando y por instinto, quizás por eso su cotización se minimiza. Pero es esa mujer la que une a la familia y la convierte en uno de los pilares básicos de la sociedad. Asume, casi por completo la responsabilidad para con los hijos, cuando menos en los primeros años de vida y sin ningún apoyo, de recursos provenientes de los gobiernos y aún, con políticas empresariales adversas durante el proceso de la maternidad.

Ella educa y trasmite conocimientos, enseña el sentido de la vida y define la personalidad del infante, es urgente tenderle la mano. Ofrezcámosle fuera de casa tareas laborales reducidas, sin menoscabar su salario y un sistema de guardería eficaz adaptado a sus jornadas, esta es una cuenta que la sociedad tiene pendiente con las amas de casa. La mujer tiene derecho a trabajar, a acceder a los órganos de poder de decisión empresariales, políticos, económicos, jurídicos y de cualquier otro ámbito, pero también tiene derecho a ser madre, educar a sus hijos, conducir una familia y al mismo tiempo, sentirse compensada emocional y económicamente. Este es el reto del nuevo Estado en el siglo XXI en la Unión Europea y también, en el resto del mundo.

1 comentario:

Esperanza Padilla dijo...

Bien por su articulo Sra. Tonieta, yo admiro a tantas mujeres jovenes que dia a dia luchan a brazo partido para el sostenimiento de la casa, muchas veces aportando ellas el mayor ingreso, aparte de realizar su labor como madres, amas de casa, esposas y a veces sin obtener el reconocimiento debido por parte de sus parejas.