28 de octubre de 2010

'Dama no es'

Por: Rosaura Barahona

El diccionario define dama como: 1) Mujer distinguida de clase social elevada y de alta educación; 2) Mujer galanteada o pretendida por un caballero".

Caballero: 1) Que cabalga, anda o pasea a caballo; 2) Individuo perteneciente a las clases que gozaban de preponderancia social; 3) Hombre que se conduce con distinción, cortesía y dignidad; 4) Tratamiento de cortesía.

El lenguaje evoluciona conforme evoluciona la sociedad. Hace 100 años, hardware, software e internet no existían ni como conceptos ni como palabras. No es posible controlar la evolución del lenguaje porque se trata de una entidad viva y autónoma que ignora las reglas inventadas por los académicos o gramáticos. Por eso se va hacia donde necesita para seguir funcionando.

Damas y caballeros se ha convertido en un cliché usado ante un público integrado por hombres y mujeres de cualquier clase social, es decir, no son necesariamente personas distinguidas o elegantes, como dice la definición.

En países tercermundistas se tiende a considerar dama o caballero a alguien con dinero, pero es un error. En las damas y los caballeros siempre contó más el comportamiento y el trato delicado hacia los demás (sin importar su condición social) que la apariencia.

Sin embargo, hubo épocas en donde el significado de ambas palabras fue distinto. En la Edad Media, por ejemplo, se acostumbraba que un caballero (llamado así porque montaba a caballo), al enfrentarse a otro caballero en algún juego cortesano escogiera a una dama para dedicarle su participación y su triunfo. Elegirla no involucraba nada romántico, aunque a veces lo había.

Esas damas y esos caballeros dejaron de existir hace mucho y, aunque las palabra sobreviven, son como las nueces vanas: el puro cascarón, pero sin nada dentro.

Es verdad: hay todavía mujeres y hombres finos, mesurados y delicados, a quienes se les califica como caballeros y damas, pero cada vez es menos frecuente escucharlo.

De hecho, una de las portadas de libro más precisas que he visto es la de "The Women's Room" de Marilyn French. En inglés al baño de mujeres se le dice "the ladies room". En la portada original aparecía el letrero de "The Ladies Room" y encima una cruz tachando Ladies y sobreponiendo Women's. (De damas a mujeres).

La ilustración da en el clavo: el libro narra la historia de una mujer perfecta y norteamericana que deja de ser una dama acartonada para convertirse en una mujer auténtica, consciente de ella misma, de la necesidad de crecer siempre, de saber ser independiente y de cuestionar lo que le rodea.

¿Cómo explicarle esto al nada caballeroso Roberto Pedraza Martínez, presidente de la Junta de Coordinación Legislativa del Congreso de Hidalgo, quien ante una denuncia hecha por Xóchitl Gálvez dijo: "Yo, en lo personal. la respeto como dama, que a veces dista mucho de serlo por sus palabras altisonantes (...) y por decir que no se embarace, creo que no le falto al respeto".

La reacción poco inteligente de Pedraza se dio cuando Xóchitl le dijo que él tiene propiedades en la comunidad Dios Padre y que junto con Alejandro Murillo, sobrino de Jesús Murillo Karam, despojaron a los indígenas de tierras, a pesar de que son bienes comunales que no pueden comercializarse por un decreto presidencial de 1974.

La acusación de Pedraza a Xóchitl de no ser una dama puede ser una apreciación personal válida, pero no tiene por qué presentarla en una sesión pública y oficial. Esa rola podría haber pasado (quien queda en ridículo es él) pero, ¿qué necesidad había de añadir: "Que no me eche tanta culpa de todo lo que pasa en Ixmiquilpan. Ojalá no salga embarazada porque me va a echar la culpa a mí"?

Xóchitl lo acusó de misógino y machista, pero Pedraza no lo aceptó. Y no lo aceptó porque su poca inteligencia no le da para tanto. Xóchitl es malhablada y a muchos eso les desagrada, pero si comparamos su trabajo político con el de Pedraza, adivine quién sale perdiendo de todas, todas.

Entre más cretinos los varones, menos capaces de discutir con una mujer inteligente a la altura debida. Lo dicho: el siglo 20 fue el de la mujer; el 21 debe ser el del hombre: tienen que crecer y aceptar que el mundo y las mujeres ya cambiamos para siempre.

rosaurabster@gmail.com

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