20 de agosto de 2010

Libertad sin educación, no es buena fórmula.


Colaboración de: Antonieta B. de De Hoyos

La semana pasada en un espacio de noticias que presentan a través de la televisión, se dio a conocer a nivel nacional el alarmante número de “Ninis” que deambulan por el territorio mexicano. Hasta ese momento y de acuerdo a la estadística levantada, integran este grupo siete millones de jóvenes con edades que van desde los quince hasta casi los treinta años.

¿Pero qué significa Ninis? Este novedoso grupo se encuentra formado por todos aquellos jóvenes que ni estudian ni trabajan, que por diversas razones se han visto en la necesidad de quedarse en no hacer nada.

Para estos jóvenes la escuela resulta sumamente costosa, la pobreza de sus padres les impide tener el dinero suficiente para pagar cuotas y útiles escolares, así como una vestimenta decorosa.

Por supuesto que al carecer de educación y preparación, les es más difícil o quizás hasta imposible conseguir empleo, lo que les condena a deambular hasta encontrarse con “algo”, que por lo regular es denigrante, pero que les proporciona lo indispensable para su sustento.
¡Alerta sociedad! Si seguimos por este camino muy pronto veremos nuestras calles llenas de limosneros y discapacitados jóvenes, de muchachas y muchachos en la prostitución y en el uso ó tráfico de drogas y lo más doloroso, que uno de ellos pueda ser nuestro familiar.

Si queremos presumir de vivir en una sociedad armónica, debemos activarnos y colaborar desde nuestra trinchera; aportando ideas a nuestras autoridades de cómo generar empleo, invertir nuestros pequeños ahorros en micro industrias que les empleen, acudir a nuestros diputados para apoyarlos en sus programas de ayuda a la comunidad, involucrarnos de lleno en la paternidad responsable de hijos y nietos, no aceptar como natural el engendrar hijos por capricho o descuido.
Seamos realistas y comprendamos que, además de la falta de empleo y la falta de preparación, existe el desordenado crecimiento poblacional, que ha rebasado el número de solicitantes.

Existen métodos y clínicas especializadas que informan sobre el control de la natalidad, con la intención de dar a la paternidad el valor que se merece, lo malo es que ni jóvenes ni adultos buscan esta orientación. Engendrar sin responsabilidad es un capricho muy caro, que tarde o temprano pagamos todos, hijos y sociedad.

Entrar a la adolescencia y juventud sin saber hacia dónde vas ni para que sirves, es vivir en la peor de las incertidumbres. Millones de jóvenes alrededor del mundo, de todos los niveles económicos, han perdido la brújula, no saben qué hacer hoy, mucho menos mañana, convirtiéndose así en presa fácil de vicios y malandrines.

Legalizar las drogas es ofertarla sin distinción ¿cómo es posible que pensemos en ello, cuando tenemos siete millones de personas en un marco social como éste? Si aceptamos esta disposición, estaremos conduciendo con premeditación, alevosía y ventaja a una muerte prematura, a muchos jóvenes inocentes ávidos de algo, que les aliviane la carga impuesta.

1 comentario:

V. Javier Zacarías G. dijo...

Les recomiendo tambien este articulo al respecto http://eleconomista.com.mx/mexicanos-grito/2010/07/08/arrebatenle-nini-s-narco