Por: German Dehesa
Por el puro gusto de hacerlo, pero también por la enorme empatía que siento con él, le quiero dedicar estos renglones a Don José Narro Robles, nuestro actual Rector, hombre de bien, hombre de izquierda, hombre sabio que ama a nuestra UNAM y a nuestra patria con ilustrada pasión.
Él, como tantos otros mexicanos, sabe que sin educación estamos condenados a vivir en un precario presente y con un futuro que no sabemos ni dónde está ni cuáles son sus veredas.
Tarde o temprano tendríamos que topar con esta reiterada obviedad de que sólo la educación nos hará saber si vamos bien, o si nos damos vuelta y ya de plano (o "de planamente" como decía un saleroso albañil) nos regresamos a Aztlán, que tampoco sabemos muy bien dónde quedaba.
Y es que nuestro atorón tiene dimensiones épicas. Países como Corea del Sur, como la India, como Cuba o como Chile tienen futuro porque por décadas se han gastado en educación el poco o mucho dinero del que disponían por vía del ahorro interno, o del presupuesto bien pensado y bien aplicado, o del préstamo ejercido juiciosamente.
Sólo esto explica por qué tantos países que hace 30 ó 40 años estaban en igualdad de condiciones con México, ahora lo han rebasado y tienen razonables expectativas de cara al futuro.
Viene al caso platicar de estos asuntos porque la prensa nos trae la noticia esperada, pero sobresaltante, de que en México no tan sólo reprueban los alumnos, sino que los maestros, sometidos a exámenes de un accesible grado de dificultad, también hayan sido reprobados de modo ignominioso.
Para los jumentos no hay futuro que no se presente de manera ominosa, o francamente adversa.
Y más diré para que más les arda: la prensa del martes nos trae también la noticia de nuestro campeonato internacional en corrupción.
Piénsenlo y son dos caras de la misma moneda; la ignorancia y la ausencia de ética se alimentan una de otra.
Como bien comentó López Dóriga: la ignorancia engendra a la corrupción y ésta genera más ignorancia y todo esto apuntalado por un Ejecutivo ignorante que engendra a un sindicalismo corrupto y éste que patrocina toda ignorancia.
Si usted, señor Calderón, tan medroso, nos quitara de en medio a la Gordillo y al sindicalismo corruptor, quizá podríamos fluir y aprobar nuestras materias e inventar un futuro promisorio a la altura de nuestra patria.
¿Qué tal durmió? MDCLXXI (1671)
MONTIEL: ya te vi, ya te vi, ya te vi en la boda.
Cualquier correspondencia con esta columna sin líderes ni agremiados favor de dirigirla a dehesagerman@gmail.com (D.R.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario