Por: Antonieta B. de De Hoyos
A partir del miércoles dieciséis hasta el martes veinticuatro de diciembre, en la Parroquia de San Juan, ubicada frente a la Placita Roma, se rezará esta cadena de cuentas espirituales en honor al Niñito Jesús. Darán inicio a las cuatro treinta de la tarde solo que esta vez, los niños serán los anfitriones, los que con sus tiernas voces den vida a las emotivas y sencillas peticiones. Único requisito; ningún niño llegará solo, deberá acudir acompañado de un adulto responsable de su seguridad y buen comportamiento dentro del templo.
Sin lugar a dudas en la actualidad es apremiante pensar y repensar, que si queremos disfrutar en un futuro cercano de una sociedad armónica, debemos fortalecer y fomentar la fe de manera constante, desde la infancia hasta la pre-adolescencia.Este fue uno de los motivos por los que me di a la tarea de elaborar esta sencilla plegaria infantil, por supuesto que con anticipación me entrevisté con el Sr Obispo Alonso Gerardo Garza Treviño, para que diera su anuencia, propuesta que aceptó gustoso sobre todo cuando le informe que junto con la plegaria imprimida en un tríptico, yo me comprometía a obsequiar un rosario pequeño a cada niño asistente.
En mi sueño, imaginé a muchos chiquillos arrodillados dentro del templo orando vehementes, como solo ellos saben hacerlo, actitud de fe, de obediencia, de sumisión al ser supremo que muchos creyentes debemos observar para después imitar. Desde aquel día llevo grabadas en mi memoria esas manecitas inocentes, que con especial esmero van deslizando por sus dedos las cuentas del humilde rosario, simple objeto que adquiere especial resplandor, cuando percibe el amor de un niño.
Como estos rezos darán principio minutos antes de las tradicionales posadas en San Juan, elegí para su confección cuentas de colores firmes y brillantes, acorde a los adornos que lucirán para ese entonces, los adornos sobre el altar. No olviden que desde el primer día de este novenario, cada niño traerá en su suéter o chaqueta pegado un papelito o gafete con su nombre, hecho por sus padres o por la persona encargada de su cuidado. Lo inscribirá en un álbum a la entrada o salida del templo, pues queremos que su presencia quede grabada en la Historia del Jubileo de Nuestra querida Parroquia.
El veinticuatro en el atrio del templo tomaremos muchas fotos y regalaremos un bolo de dulces a los niños asistentes, no serán para llevar. Si su apretada agenda de trabajo lo permite, pediré al Señor Obispo nos regale unos minutos de su preciado tiempo y ahí mismo bendiga a todos los niños de Piedras Negras, la región, visitantes y del mundo entero.
Recordemos las palabras de Jesús, “Dejad que los niños se acerquen a mi”. No perdamos la oportunidad de convertir a nuestros niños en fieles creyentes, para su bien y para el bien de nuestra vejez, pudiera ser que esta situación, jamás se repitiera.
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