Por: Antonieta B. de De Hoyos.
Cada año, en el mes de octubre, el planeta se viste de rosa. Durante cuatro semanas a nivel local y nacional, las mexicanas recibimos información veraz y actualizada, sobre los adelantos científicos y tecnológicos encaminados a la prevención y curación de cáncer de mama y cérvico uterino. Desafortunadamente a pesar de los grandes esfuerzos que la ciencia médica realiza, no se logra aún, detener ni disminuir este sufrimiento. A lo mejor mi intelecto y mis sentimientos, al no ponerse de acuerdo, impiden que acepte con naturalidad la proliferación de este padecimiento, sobre todo después de haber convivido con varias mujeres excepcionales que tuvieron la desdicha de padecer y sucumbir como consecuencia de este terrible mal.
Hace unas semanas en un programa matutino de televisión, vi a una mujer madura, promocionar la venta de una pelotita de goma en color rosa pastel, una de esas que recomiendan los doctores apretar con la mano para contrarrestar el estrés. Más adelante informaron que la señora representaba a la Asociación Nacional contra el cáncer de mama y cérvico uterino, que este novedoso objeto está a la venta y lo que se recabe será para proporcionar medicamento y quimioterapia a las mujeres de escasos recursos. En esos momentos volví a sentir el punzante dolor que creí olvidado, mis ojos se humedecieron y entre brumas imaginé que en lugar de una pelotita, lo que tenía en sus manos era un rosario rosa.
Recordé de inmediato, la manera como este tradicional rezo ha ido transformando mi vida…, deslizar sus cuentas por mis dedos, despacio, sin prisa, me permite examinar las bendiciones recibidas; decir el acto de contrición me lleva a reconocer lo frágil de mi condición humana. Cuando pronuncio el Padre Nuestro, sus bellas y emotivas frases arrodillan mi cuerpo, pero también mi alma. Expresar con firmeza el Ave María, me identifica como mujer, como madre, como hija, espacio en el que mis emociones se serenan, la armonía impera, la discordia desaparece. Repetir la jaculatoria fortalece de tal forma mi espíritu, que lo mundano deja de aterrarme. Cuando rezo “…Dios te Salve reina y madre…”, toda mi energía queda renovada, por mis venas fluye una sangre purificada que inesperadamente conserva y a veces hasta mejora mi salud física.
Por eso al terminar nada pido, solo digo desde el fondo de mi corazón ¡GRACIAS! Me persigno como símbolo de despedida con un corazón henchido de amor; mi mente, mi espíritu y mi alma, se elevan por encima de las cosas y de las personas, en ese instante siento tanto gozo, que si escuchara su llamado, no titubearía en seguirle.
Te invito a rezar los cuarenta y seis rosarios a la Virgen María, bajo la advocación Guadalupana, serán en San Juan a las cinco de la tarde a partir del martes 27 para terminar el 11 de diciembre. Si tienes un rosario rosa tráelo, si quieres confeccionar algunos para regalar, seria magnifico. De todos modos, si deseas sinceramente incorporar a tu cotidianidad este maravilloso rezo, no te preocupes yo te obsequiaré uno.
Cada año, en el mes de octubre, el planeta se viste de rosa. Durante cuatro semanas a nivel local y nacional, las mexicanas recibimos información veraz y actualizada, sobre los adelantos científicos y tecnológicos encaminados a la prevención y curación de cáncer de mama y cérvico uterino. Desafortunadamente a pesar de los grandes esfuerzos que la ciencia médica realiza, no se logra aún, detener ni disminuir este sufrimiento. A lo mejor mi intelecto y mis sentimientos, al no ponerse de acuerdo, impiden que acepte con naturalidad la proliferación de este padecimiento, sobre todo después de haber convivido con varias mujeres excepcionales que tuvieron la desdicha de padecer y sucumbir como consecuencia de este terrible mal.
Hace unas semanas en un programa matutino de televisión, vi a una mujer madura, promocionar la venta de una pelotita de goma en color rosa pastel, una de esas que recomiendan los doctores apretar con la mano para contrarrestar el estrés. Más adelante informaron que la señora representaba a la Asociación Nacional contra el cáncer de mama y cérvico uterino, que este novedoso objeto está a la venta y lo que se recabe será para proporcionar medicamento y quimioterapia a las mujeres de escasos recursos. En esos momentos volví a sentir el punzante dolor que creí olvidado, mis ojos se humedecieron y entre brumas imaginé que en lugar de una pelotita, lo que tenía en sus manos era un rosario rosa.
Recordé de inmediato, la manera como este tradicional rezo ha ido transformando mi vida…, deslizar sus cuentas por mis dedos, despacio, sin prisa, me permite examinar las bendiciones recibidas; decir el acto de contrición me lleva a reconocer lo frágil de mi condición humana. Cuando pronuncio el Padre Nuestro, sus bellas y emotivas frases arrodillan mi cuerpo, pero también mi alma. Expresar con firmeza el Ave María, me identifica como mujer, como madre, como hija, espacio en el que mis emociones se serenan, la armonía impera, la discordia desaparece. Repetir la jaculatoria fortalece de tal forma mi espíritu, que lo mundano deja de aterrarme. Cuando rezo “…Dios te Salve reina y madre…”, toda mi energía queda renovada, por mis venas fluye una sangre purificada que inesperadamente conserva y a veces hasta mejora mi salud física.
Por eso al terminar nada pido, solo digo desde el fondo de mi corazón ¡GRACIAS! Me persigno como símbolo de despedida con un corazón henchido de amor; mi mente, mi espíritu y mi alma, se elevan por encima de las cosas y de las personas, en ese instante siento tanto gozo, que si escuchara su llamado, no titubearía en seguirle.
Te invito a rezar los cuarenta y seis rosarios a la Virgen María, bajo la advocación Guadalupana, serán en San Juan a las cinco de la tarde a partir del martes 27 para terminar el 11 de diciembre. Si tienes un rosario rosa tráelo, si quieres confeccionar algunos para regalar, seria magnifico. De todos modos, si deseas sinceramente incorporar a tu cotidianidad este maravilloso rezo, no te preocupes yo te obsequiaré uno.
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