Tu lengua es como tu caballo,
si le eres fiel, te
será fiel,
si le fallas, te
fallará”
Proverbio árabe
–español.
Por: Antonieta B. de De Hoyos
Han
pasado varias décadas y aun recuerdo la manera como me impactó este proverbio
árabe-español, cuando lo leí por primera vez.
Para ese tiempo, me encontraba en plena madurez y aunque no fue demasiado tarde, tuve que
aceptar las miles de veces que actúe con torpeza por falta de experiencia y
conocimientos. Me vino esto a la mente al escuchar las declaraciones
comprometedoras, que un joven reportero dio a una televisora a nivel nacional,
espacio donde declaró sus preferencias sexuales y su adicción a las drogas.
Yo
me preguntó: ¿A quién le interesa su vida privada? ¿Por qué la necesidad de
justificarse ante tal audiencia?, cientos de miles de televidentes ni siquiera
sabíamos de su existencia, mucho menos de su sufrimiento interno causado por sus debilidades humanas.
Aun
no comprendo el ¿por qué? mucho menos el ¿para qué? ¿Acaso es imprescindible,
que las personas en la sociedad moderna tengan que proclamar lo que debería ser
privado? En años pasados familias enteras, conocidas o anónimas, se llevaban a
la tumba sus errores y vicios.
En
muchas historias familiares, es frecuente recordar a algún pariente que de
manera inesperada se iba de la casa, aquél del que jamás se volvió a saber
nada. En múltiples ocasiones fueron mujeres guapas, atractivas, las que teniendo
todas las cualidades para convertirse en esposas perfectas y contar con una larga fila de pretendientes,
decidían permanecer solteras.
Durante
mi adolescencia, tuve la oportunidad de conocer
a varios hombres maduros amigos muy estimados por mis padres, personas
correctas, elegantes, distinguidas, hasta de abolengo; cuyos rasgos y movimientos eran poco
varoniles. Uno fue soltero empedernido, otro casado y con familia, los dos con
un alto nivel educativo, propios, reservados. Por esa discreción inquebrantable,
aunque sus allegados sospechaban de sus preferencias, ninguno se atrevió a
preguntarlo, ni siquiera a investigarlo.
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