16 de enero de 2012

¡Estamos jugando a ser matazetas!



UN MEXICANO RECIÉN NACIDO.



“yo canto para que me dejen vivir 
yo canto para que sonría mamá". 
En todo el territorio nacional se escuchan cantos infantiles en las escuelas y gritos de júbilo  en el recreo o gritos de apoyo en los eventos deportivos. Los niños de México juegan porque se creen protegidos.
Sin embargo, escuchando entre la algarabía,  los nuevos juegos,  los nuevos protagonistas de las aventuras y sus nuevos retos nos dicen otra realidad: “Ay mami, si solo estamos jugando a los matazetas”.
Escuchar sus narraciones fantásticas frente a las pantallas de videojuegos  entre explosiones o choques de veloces autos virtuales que hablan de los sicarios asesinados o de las victimas o los levantones de la gentuza que se asignó el nombre de la última letra de nuestro abecedario, hace salir una triste sonrisa de amorgo sabor.
Hoy los niños nuevecitos que recién están naciendo esperan poder llegar a cumplir 6 años en el 2018 con sus padres, sus amigos, los vecinos en una ciudad, en un país donde la Ley sea una realidad que asegure la  convivencia pacifica y los delincuentes estén cumpliendo sus deudas con la sociedad y dejen de ser los antihéroes con los que se alimentan los sueños de los niños, ya no tan nuevecitos (para el PRI) que nacieron hace 6 años y que hoy tienen prohibido salir a los parques o a los jardines a jugar.
Las escuelas se vuelven  zonas de resguardo, los candados prohíben la entrada de personas ajenas a la institución.
Un ruido, una explosión, un golpe altera la paz: ¡pecho a tierra! ¡No celulares! ¡Silencio! ¡No hablen! ¡Canten a los pequeños! ¡Narren cuentos de seres fantásticos a los pequeños! ¡No se acerquen a las ventanas! ¡No respiren! ¡No lloren! ¡No griten! ¡No protesten! ¡No vean! ¡No juzguen!
Los niños de México me están enseñando a ver a mi Patria con otros ojos. Y ya no puedo enseñarles a amar, a vivir,  a creer que su mundo será mejor porque yo también tengo miedo de caminar por las calles de mi adolescencia.
La casta gobernante hoy usa como publicidad las imágenes de nuestros hijos con total descaro. Ni un solo Partido Político asume su responsabilidad.
Millones de ciudadanos aceptaron dinero y despensas por un voto sexenal que generó la deuda social que hoy TODO México tiene con los niños que juegan a ser matazetas o sicarios o AFI’S.
Les hemos robamos la inocencia a nuestros niños. Un voto por un trozo de pan para  mitigar el hambre ha provocado el hambre de paz y tranquilidad  con la que crecen los niños  y los jóvenes que se alquilan de  “orejas” por unos pesos… aunque dejen la vida en ello.
¿Quién  entonces se comprometerá con los mexicanos nuevecitos?

 Profra. Josefina Sánchez P.

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