20 de julio de 2025

NI UNO MÁS, NI UNA MENOS: EL PRESUPUESTO QUE IGNORA EL DOLOR

 


En México no es una persona, son más de 130 mil las desaparecidas. Y el silencio institucional pesa más que cualquier cifra. Amnistía Internacional ha urgido al gobierno federal a priorizar la búsqueda de estas personas, pero las respuestas han sido evasivas, insuficientes… o inexistentes.

Desde la guerra sucia de los años 70 —donde el Estado comenzó a perseguir movimientos sociales campesinos y urbanos— hasta hoy, el problema ha escalado año con año. Pero en lugar de abordar esta crisis con leyes efectivas y justicia federal, se ha optado por militarizar el país y reducir los recursos públicos destinados a la Comisión Nacional de Búsqueda.

Los datos son inapelables: 👉 Hasta junio de 2025, 128 mil personas continúan oficialmente desaparecidas. 👉 Solo en mayo, se registraron 1,398 desapariciones, el mes más violento en esta categoría desde que hay registro. 👉 Estados como Jalisco, Tamaulipas, Estado de México, Veracruz y Nuevo León concentran la mitad de los casos.

¿Dónde están los recursos? Mientras se destina más de 259 mil millones de pesos a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Comisión Nacional de Búsqueda recibe apenas 247 millones. La estrategia parece clara: enfrentar el narcotráfico como prioridad —por presión del gobierno estadounidense— y relegar la búsqueda de desaparecidos al margen.

Los familiares han tenido que acudir a organismos internacionales como la ONU y Amnistía Internacional, mientras enfrentan el desdén oficial y el encubrimiento de aliados políticos.

A pesar que en el 2017 se promulgó la Ley General en Materia de Desaparición Forzada de y se destinaron recursos para crear fiscalías especializadas, los procesos judiciales han sido escasos y lentos. Según informes de organizaciones como IDHEAS y Red Lupa, menos del 2% de los casos de desaparición forzada llegan a una sentencia condenatoria. El número de personas enjuiciadas por desaparición forzada es extremadamente bajo en comparación con la magnitud del problema.

La herencia de gobiernos priistas, la estrategia evasiva del gobierno actual y la tergiversación del lenguaje han logrado invisibilizar el dolor de miles.

En México, la desaparición forzada se ha vuelto parte del paisaje, y lo que debería ser excepcional —la impunidad— es hoy la norma.

Lic. Josefina Sánchez Ponce

Julio 2025